ROMA.- El ministro de Relaciones Exteriores italiano, Renato Ruggiero, uno de los miembros más respetados del gabinete del Primer Ministro, Silvio Berlusconi, dimitió el sábado debido a diferencias sobre la adopción del euro.
La oficina Berlusconi confirmó que ambos acordaron una renuncia "consensuada". El anuncio fue formulado después de que Ruggiero se entrevistara con el subsecretario del gabinete, Gianni Letta, en la oficina de Berlusconi.
Las tensiones entre Ruggiero y Berlusconi empeoraron esta semana después que Ruggiero criticara públicamente el manejo del Gobierno en la adopción del euro y los comentarios contra la moneda formulados por varios ministros del Primer Ministro.
Berlusconi dijo el viernes al diario romano La Repubblica que solamente él dirigía la política exterior italiana, no Ruggiero. Agregó que Ruggiero era meramente un funcionario "técnico" que cumplía sus directrices.
La dimisión fue la primera en los ocho meses de Gobierno de Berlusconi y podría preocupar, ya que Ruggiero fue presidente de la Organización Mundial de Comercio.
Ruggiero fue además diplomático, ejecutivo industrial, ocupó varias carteras ministeriales y fue banquero internacional.
Una declaración emitida por Berlusconi indicó que Ruggiero dimitió después de haber analizado con Berlusconi la situación de los últimos días.
"De conformidad mutua y en interés del país, acordaron interrumpir la colaboración del Gobierno que ambos consideraron importante, útil y por encima de todo positiva", indicó la nota.
Ruggiero se enfrentó con Berlusconi y varios miembros del gabinete en varios temas de la UE, entre ellos las órdenes de busca y captura válida en toda la Unión Europea.
Ruggiero y el ministro de Defensa, Antonio Martino, discutieron además sobre el nuevo avión militar de transporte, considerado la piedra angular de la defensa común europea. El proyecto fue respaldado por ocho países más.
Esta semana, Ruggiero criticó los comentarios de Martino, el ministro de Reformas, Umberto Bossi, y el de Economía, Giulio Tremonti, todos los cuales pusieron en duda los méritos de una mayor integración europea y la euforia creada por el euro.
"Mientras todos estos gobiernos destacaron el inmenso valor político y moral del nacimiento del euro —que para dos generaciones de europeos significa cambiar el sentido histórico del continente— en nuestro país se hizo todo lo posible por restarle importancia", dijo el jueves Ruggiero al diario Corriere della Sera.
