EMOLTV

Papa invita a mantener viva la esperanza para combatir el "horizonte oscuro"

En la tradicional recepción anual al Cuerpo Diplomático acreditado ante el Vaticano, el Santo Padre consideró "legítima" la lucha contra el terrorismo.

10 de Enero de 2002 | 11:47 | Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II mostró hoy su preocupación por "el horizonte oscuro" en el que vive la humanidad a causa de los conflictos que sacuden al mundo e invitó a los gobernantes a mantener viva la esperanza en un futuro mejor.

En la tradicional recepción anual al Cuerpo Diplomático acreditado ante el Vaticano, el Papa consideró "legítima" la lucha contra el terrorismo, tras los "odiosos" atentados del 11 de septiembre, reiteró la "perversión" de los que matan en nombre de Dios e hizo un nuevo llamamiento a la paz en Oriente Medio.

También tuvo palabras el Pontífice para pedir el "rearme moral" de Argentina ante la grave crisis que azota al país y para saludar la "unificación progresiva de Europa" con la llegada del euro, aunque criticó lo que considera una marginación de las religiones en la reflexión abierta sobre las reformas institucionales de la UE.

Juan Pablo II inició su denso discurso con una reflexión general en la que hizo hincapié en que "el horizonte se presenta oscuro y muchos de los que han conocido el gran movimiento hacia la libertad y el cambio en los años 90 se sorprenden hoy de estar atenazados por el miedo de un futuro particularmente incierto".

Pero a renglón seguido precisó que en ese horizonte no faltan los indicios para la esperanza y confió en que "el esfuerzo de los hombres haga que triunfe la fraternidad y la solidaridad y que la indiferencia, la injusticia y el odio no tengan la última palabra".

Entre los motivos de discordia citó, en primer lugar, la violencia, y afirmó que "la legítima lucha contra el terrorismo, del que los odiosos atentados del 11 de septiembre pasado son la expresión más feroz, ha dado la palabra a las armas".

El Papa precisó que, de frente "a esta bárbara agresión y a las masacres", se debe reaccionar no sólo "con la legítima defensa", sino también con "la búsqueda de las causas que están en el origen de semejantes acciones (...) para evitar que el mal se sume al mal y la violencia a la violencia".

En este contexto, Juan Pablo II animó al nuevo gobierno afgano a no cejar en el esfuerzo para conseguir una "efectiva" pacificación del país, y se dirigió a India y Pakistán para que retomen el camino del diálogo y las negociaciones para solventar sus diferencias.

La negociación y el diálogo fueron también las palabras que subrayó para referirse a Oriente Medio, que "por culpa de los hombres -dijo- se ha convertido en una tierra de fuego y sangre".

"Nadie -afirmó- puede permanecer insensible a la injusticia de la que es víctima el pueblo palestino desde hace 50 años, como nadie puede contestar el derecho del pueblo israelí a vivir de forma segura".

El Obispo de Roma insistió en que los atentados "no serán nunca instrumentos para hacer llegar mensajes políticos a los interlocutores, como la ley del talión no puede preparar la vía de la paz".

Ante los embajadores de todo el mundo, el Papa advirtió de que existe un gran peligro de que la violencia que rodea al mundo "esconda" otras situaciones de sufrimiento y que pueblos enteros sean abandonados a su propio destino.

Se refirió entonces a las guerras y las enfermedades que diezman a tantas poblaciones africanas y a la grave crisis política, económica y social que vive Argentina y que consideró "reversible", dados sus "recursos humanos y naturales", con un "rearme moral" en busca del bien común.

En el terreno de los logros positivos situó el Pontífice la implantación efectiva del euro y su contribución a la construcción europea, que deseó siga su curso "con la prioridad de su ampliación" hacia los países del Este.

Reprochó, "con tristeza", a los líderes de los países europeos, sin embargo, que "las comunidades de creyentes no hayan sido citadas explícitamente entre los que deberán contribuir a la reflexión sobre la Convención instituida en la cumbre de Laeken".

"La marginación de las religiones, que han contribuido y todavía contribuyen a la cultura y al humanismo de los que Europa es legítimamente orgullosa, me parece al tiempo una injusticia y un error de perspectiva", declaró.

Juan Pablo II destacó asimismo como hitos relevantes de 2001 el inicio del diálogo entre las comunidades de Chipre, la puesta en marcha del Parlamento del Kosovo y el ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

El Papa cerró su discurso en la Sala Regia del Palacio Vaticano enumerando los retos que defiende la Iglesia católica en el mundo: la defensa de la vida, también frente a la manipulación genética, la promoción de la familia, la eliminación de la pobreza, el respeto de los derechos humanos o el desarme.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?