BUENOS AIRES.- Impulsados por una fuerte presión popular, los diputados argentinos formarán mañana una comisión de juicio político que analizará múltiples pedidos de destitución presentados contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia, el máximo tribunal del país, informaron hoy fuentes parlamentarias.
La salida de los nueve jueces supremos es una reclamación constante en los "cacerolazos" organizados en Argentina durante las últimas semanas y el motivo central de las manifestaciones que se llevan a cabo todos los jueves frente a la sede de los tribunales.
Los argentinos acusan a la Corte de haber tolerado todo tipo de abusos y actos de corrupción por parte de la clase política y del poder financiero, durante el imperio de las políticas neoliberales que rigieron la economía de este país durante más de diez años.
El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, convocó para mañana, jueves, a una sesión especial en la que será conformada la comisión de juicio político que deberá determinar si hay pruebas para acusar y recomendar la destitución de todos o algunos de los jueces del máximo tribunal.
"Se debe analizar la situación de cada uno de los integrantes de la Corte Suprema que se pida que sea investigado. No se debe hacer un juzgamiento integral de la Corte, sino que se debe considerar la situación particular de cada uno de sus miembros", dijo el senador Carlos Maestro, de la opositora Unión Cívica Radical (UCR).
La comisión de diputados debe recolectar las denuncias y efectuar la acusación formal ante el Senado, el cual, constituido en tribunal, decidirá si corresponden las destituciones.
Diversos legisladores han presentado pedidos de juicio político contra los ministros de la Corte por distintos motivos, pero los mecanismos tomarán fuerza a raíz de la fuerte presión del pueblo argentino, que se ha manifestado en las calles en varias ocasiones contra la corrupción y la tolerancia de abusos en la justicia.
Incluso, miles de personas han marchado en las últimas dos semanas hasta las casas del presidente de la Corte, Julio Nazareno, y del ministro Antonio Boggiano, para exigir en la puertas de sus viviendas las renuncias.
