BOGOTA.- El gobierno colombiano anunció este jueves que reforzará las medidas de seguridad para proteger a la ciudadanía de la ola terrorista que ha sacudido al país en los últimos días.
En una inusual conferencia de prensa que contó con la presencia de dos ministros y los jefes de las fuerzas de seguridad, los altos funcionarios no dieron detalles específicos sobre nuevos planes, sino enumeraron la intensificación de medidas que ya estaban vigentes.
El director de la policía, general Luis Ernesto Gilibert, anunció que se intensificarán los controles en las ciudades y se realizarán requisas.
El ministro de Defensa Gustavo Bell afirmó que se ampliará el programa para apoyar desertores rebeldes, y el jefe de la policía secreta, coronel Germán Jaramillo, anunció recompensas y habilitación de líneas para que los ciudadanos provean información sobre posibles atentados terroristas.
Los colombianos han clamado por medidas fuertes para combatir el terrorismo que sólo esta semana dejó 40 muertos en cuatro explosiones de bombas en todo el país y que con la voladura de torres de energía dejó dos departamentos sin luz.
Sin embargo, este plan estratégico antiterrorista carece de detalles, y el ministro del interior, Armando Estrada, descartó por el momento decretar la conmoción interior, que le daría mayores posibilidades constitucionales de controlar la situación.
"Necesitamos que la gente nos ayude mucho, necesitamos que nos comprendan", dijo el general Gilibert al anunciar la intensificación de los controles.
El Presidente Andrés Pastrana se había reunido en la mañana del jueves con el alto mando militar para pedirle detener la ofensiva de la guerrilla, según informó el ministro del Interior, Armando Estrada Villa.
Al parecer, el plan anunciado sería el resultado de la reunión.
Pastrana suspendió un viaje que tenía proyectado a Nueva York para asistir al Foro Mundial Económico, con el fin de concentrarse en las medidas para enfrentar la ofensiva desatada desde hace dos semanas y de la que se acusa a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de ser las autores.
Los ataques incluyeron bombas que asesinaron militares, soldados y civiles, torres de energía derribadas, ataques a oleoductos, puentes, carreteras, medios de comunicación y cuarteles militares y de policía.
El más reciente se registró la tarde del miércoles en Arauca, frontera con Venezuela, donde las FARC atacaron una base militar con cilindros de gas repletos de explosivos.
Los alcaldes y gobernadores ya han adoptado extremas medidas de seguridad en las principales ciudades del país como Bogotá, Medellín y Villavicencio.
En Bogotá se registraron en la última semana dos ataques con bombas que dejaron cinco muertos.
La noche del miércoles se realizó una concentración con antorchas y ruido de cacerolas encabezada por el alcalde capitalino Antanas Mockus en protesta contra las acciones terroristas atribuidas a la guerrilla.
En Villavicencio, ciudad que ha tenido que soportar racionamientos de luz por los sabotajes contra las torres de transmisión, millares de personas participaron anoche en otro "cacerolazo" contras las FARC.
