MONTAÑAS DE CORDOBA, Colombia.- Miles de combatientes de los grupos paramilitares están preparados para entrar en la zona desmilitarizada que el gobierno le concedió a la guerrilla, si el Presidente Andrés Pastrana cancela su vigencia el próximo 10 de abril.
"No entraríamos inmediatamente, pero a los siete o 10 días tendremos la zona recuperada", dijo el jefe paramilitar Salvatore Mancuso en entrevista con la AP.
Este líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) afirmó que tienen "miles" de hombres apostados con tal propósito, pero no especificó la cifra.
Sin embargo, versiones periodísticas señalan que unos 5.000 miembros de las autodefensas fueron desplazados a inmediaciones de la zona bajo control de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuando los diálogos de paz estuvieron a punto de romperse a mediados de enero.
Mancuso explicó que el objetivo sería atacar los campamentos y liberar secuestrados y afirmó que la población civil de esta área de 42.000 kilómetros cuadrados no debe temer a las AUC.
"No es entrar a matar a todo el mundo, nuestra guerra es antisubversiva. La gente que vive en la zona va a ser respetada", dijo este administrador agropecuario de 37 años.
Las AUC con 14.000 hombres son el grupo armado ilegal de más rápido crecimiento en Colombia y están acusados de ser los mayores violadores de los derechos humanos.
La zona desmilitarizada "o de tolerancia" como la llama Mancuso, ha sido una de las principales fuentes de discordias en el proceso de paz colombiano que inició Pastrana con las FARC, la principal guerrilla del país.
Las Fuerzas Militares y de Policía acusan a los rebeldes de reclutar menores, tener campamentos de secuestrados y realizar ejecuciones en la zona.
Los paramilitares buscan hacer parte de las negociaciones de paz, a pesar de que hasta el momento el gobierno no les ha dado status político y Estados Unidos los tiene incluidos en la lista de organizaciones terroristas, junto con las otras dos guerrillas del país.
El proceso de paz de tres años atraviesa por un gran descrédito entre los colombianos, que no entienden como los rebeldes hablan de paz y arrecian su ofensiva rebelde.
Mancuso afirmó desde las montañas de Córdoba, en el noroccidente colombiano, que cada semana que la guerrilla intensifica la guerra, su movimiento se fortalece con mayores donaciones y adhesiones de personas hastiadas de los abusos guerrilleros.
