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Cheney discute con saudíes planes de EE.UU. sobre Medio Oriente e Irak

Cheney llegará desde los Emiratos Arabes Unidos (EAU) a la ciudad saudí de Yeda, a orillas del Mar Rojo, para reunirse con el príncipe heredero, Abdulá Ben Abdelaziz, que gobierna de hecho el país desde que su hermanastro, el rey Fahd, sufrió una apoplejía en 1995.

16 de Marzo de 2002 | 08:30 | EFE
DUBAI.- El vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney, llega hoy, sábado, a Arabia Saudí, uno de los principales aliados árabes de su país, cuyas autoridades han manifestado su oposición a un eventual ataque a Irak y planteado una iniciativa de paz para Oriente Medio.

Cheney llegará desde los Emiratos Arabes Unidos (EAU) a la ciudad saudí de Yeda, a orillas del Mar Rojo, para reunirse con el Príncipe heredero, Abdulá Ben Abdelaziz, que gobierna de hecho el país desde que su hermanastro, el Rey Fahd, sufrió una apoplejía en 1995.

El alto cargo estadounidense recabará el apoyo de Abdulá y su país a un posible ataque estadounidense contra Irak y le pedirá, al mismo tiempo, reforzar su alianza en la lucha contra el terrorismo.

Washington necesita el apoyo de Riad para conseguir que los árabes, al menos los países moderados de este entorno, apoyen su política contra el régimen de Bagdad, que encabeza el Presidente Sadam Husein.

El viernes, en declaraciones a televisiones estadounidenses, Abdulá dijo que un ataque contra Irak no sería "ni en interés de EE.UU. ni en el de la región (de Oriente Medio) o el resto del mundo", pues podría crear "el caos y dividir" el país, lo que sería una fuente de "problemas".

"No creo que esto (el ataque) conseguiría los resultados deseados", dijo Abdulá, quien previamente había manifestado que un cambio político en Irak debe producirse "desde dentro", y no inducido por fuerzas extranjeras, como pretende la administración del Presidente estadounidense, George W.Bush.

El Príncipe Abdulá, en otro orden de cosas, es centro de la atención internacional desde que el mes pasado propuso su plan de paz para Oriente Medio, basado en el reconocimiento del Estado de Israel por los árabes a cambio de la retirada israelí de todos los territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días de 1967.

Comentaristas árabes han considerado la iniciativa de Abdulá un mensaje a Washington, patrocinador del proceso de paz de Oriente Medio, para exigirle una acción inmediata para "frenar la agresión israelí contra los palestinos", ya que en caso contrario los árabes podrían tomar sus medidas para presionar a EE.UU. e Israel.

El plan de paz del Príncipe Abdulá se estudiará, previsiblemente, en la Cumbre Arabe que se celebrará en Beirut a finales de este mes, por parte de los gobernantes de los 22 países de la Liga Arabe, algunos de los cuales tienen sus reticencias.

En la lucha antiterrorista, Cheney intentará presionar a Arabia Saudí para que controle con mayor rigor las transacciones de personas y entidades saudíes, para que no desvíen fondos destinados al terrorismo.

De los 19 autores de los atentados contra Nueva York y Washington del 11 de septiembre pasado, 15 eran de nacionalidad saudí y EE.UU. ha acusado a varias organizaciones humanitarias árabes del Pérsico de financiar a grupos terroristas.

Antes de llegar a Yeda, Cheney visitó hoy al Presidente de los Emiratos Arabes Unidos (EAU), Zayed Ben Sultán Al Nahyan, para tratar las mismas cuestiones.

Zayed y Cheney repasaron, además, la disputa territorial entre los Emiratos e Irán, el poderoso vecino de la orilla occidental del Golfo Pérsico, sobre tres estratégicas islas cercanas al estrecho de Ormuz controladas por Teherán y cuya soberanía reclama Abu Dhabi.

El Presidente de EE.UU., George W. Bush, ha colocado a Irán en un "eje del mal", junto a Irak y Corea del Norte, y acusado a los tres países de desarrollar armas de destrucción masiva y de suponer una "amenaza terrorista" para los estadounidenses.

El vicepresidente estadounidense, que inició su actual gira por los países árabes el pasado martes, ha visitado también Jordania, Egipto y Yemen, el domingo viajará a Bahrein y Qatar y el lunes continuará en Kuwait, antes de trasladarse a Israel y Turquía.

En Yemen, el viernes, un día después de la visita de Cheney, un estudiante lanzó una granada contra la Embajada de EE.UU. en Sana, lo que refleja los sentimientos antiestadounidenses en los países árabes, originados por lo que consideran "apoyo ciego de Washington al genocidio de los palestinos por parte de Israel".
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