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Los "Sin tierra" abandonan hacienda del Presidente de Brasil

En pequeños grupos, los Sin Tierra se subieron a los seis autobuses que utilizaron para llegar hasta la finca de los hijos del presidente y se dirigieron a una escuela de la ciudad de Buritis, tras alcanzar un acuerdo con el Gobierno.

24 de Marzo de 2002 | 09:59 | EFE
RÍO DE JANEIRO.- La mayoría de los cerca de 600 miembros del Movimiento de campesinos Sin Tierra (MST) que ocuparon el sábado la hacienda de la familia del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, abandonó hoy la propiedad tras alcanzar un acuerdo con el Gobierno.

En pequeños grupos, los Sin Tierra se subieron a los seis autobuses que utilizaron para llegar hasta la finca de los hijos del presidente y se dirigieron a una escuela de la ciudad de Buritis, a unos 15 kilómetros del lugar.

En la hacienda "Córrego da Ponte", en el estado de Minas Gerais, tan sólo permanecieron algunos de los líderes del grupo y una decena de campesinos que se comprometieron a acompañar a las autoridades en una revisión de la propiedad para comprobar que no se produjeron daños ni robos.

Los ocupantes aceptaron abandonar la propiedad 24 horas después de ocuparla tras un acuerdo con representantes del Ministerio de Reforma Agraria y después de que el Gobierno considerara lo sucedido como un acto terrorista y anunciara su disposición cumplir a cualquier momento una orden judicial que determinaba el desalojo.

El Gobierno llegó a enviar hasta la finca unos 80 agentes de la Policía Federal y cerca de 300 fusileros del Ejército para cumplir la orden judicial.

Los campesinos, que no encontraron resistencia para invadir la propiedad y ocupar la casa principal que pertenecía a Cardoso y ahora está en manos de sus hijos, habían amenazado con resistir a cualquier intento de desalojo por parte de las autoridades.

Mediante el acuerdo que permitió el cese de la protesta de los Sin Tierra, el ministro de Reforma Agraria, Raúl Jungmann, se comprometió a recibir a una comisión de veinte representantes del grupo para escuchar sus reivindicaciones.

La reunión se celebrará hoy mismo en Buritis, en el estado de Minas Gerais y en donde Jungmann se encuentra desde la noche de ayer.

Los miembros del MST reivindican que 200 familias de la región sean incluidas en el programa de reforma agraria y reciban tierras, así como créditos y obras de infraestructura para un asentamiento próximo a Buritis.

El jefe de la Inspección Agraria Nacional, Gercino José da Silva, que negoció la salida de los miembros del MST, aseguró que, además del encuentro con Jungmann, éstos recibieron la garantía de que ninguno sería detenido.

Los otros dos factores que contribuyeron en el desalojo, según Da Silva, fueron la llegada de la Policía Federal y del Ejército a la zona, así como la existencia de una orden judicial que conminaba a los campesinos a abandonar la propiedad.

Si los invasores "no hubieran salido de la hacienda habrían desafiado a la Justicia y el desalojo se podría haber efectuado con el uso de la fuerza", explicó.

Los militares llegaron a Buritis en la madrugada del domingo en veinte camiones, pero al ser informados de las negociaciones en curso acamparon a unos siete kilómetros de la finca.

El ministro de Seguridad Institucional brasileño, general Alberto Cardoso, calificó lo sucedido como una grave provocación a la primera autoridad del país, en tanto que Jungmann llegó a tildar de "terroristas" a los miembros del MST.

"Tenemos un problema serio, grave, como nunca hubo en la historia del país. La propiedad del primer mandatario del país fue invadida", afirmó el general Cardoso.

"Fue un acto terrorista que afecta al presidente y al país en general. Simbólicamente, todos los brasileños tuvimos nuestras casas invadidas", añadió Jungmann.

El MST amenazó en dos ocasiones anteriores con ocupar la hacienda de los hijos de Cardoso, pera ésta fue la primera vez que atravesó los portones de la misma.

En las otras dos amenazas del MST, el Gobierno autorizó al Ejército a reforzar la seguridad de la propiedad particular y desplazó a medio millar de soldados, lo que generó fuertes críticas de la oposición a Cardoso.
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