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Washington reiniciará diálogo con Pyongyang

Al anunciar esta próxima reanudación del difícil diálogo con Pyongyang, durante un viaje de Bush a la ciudad de San José, California (oeste), el portavoz presidencial, Ari Fleischer, no dio detalles sobre los preparativos en curso.

30 de Abril de 2002 | 18:09 | AFP
SAN JOSE.- Estados Unidos comunicó este martes su intención de reanudar el diálogo con Corea del Norte, un país al que el Presidente George W. Bush incluyó hace tres meses, junto a Irán e Irak, como integrante de un "eje del mal".

Al anunciar esta próxima reanudación del difícil diálogo con Pyongyang, durante un viaje de Bush a la ciudad de San José, California (oeste), el portavoz presidencial, Ari Fleischer, no dio detalles sobre los preparativos en curso.

Pero según fuentes oficiales estadounidenses que solicitaron el anonimato, el principal responsable de la cuestión norcoreana en el Departamento de Estado, el embajador Jack Pritchard, partirá próximamente hacia Pyongyang.

Pritchard planteará una progresiva normalización de las relaciones entre ambos gobiernos, a condición de que Corea del Norte apacigüe los miedos estadounidenses en tres grandes temas: deberá abandonar el desarrollo de armas balísticas y suspender las exportaciones en ese rubro; dar garantías sobre su voluntad de renunciar a la proliferación nuclear; y probar su voluntad de distensión en la península. <

Este último punto debe probarlo con la reducción de sus fuerzas convencionales desplegadas a lo largo de la zona desmilitarizada fronteriza con Corea del Sur.

En junio de 2001, durante la visita del Presidente surcoreano Kim Dae-Jung a Washington, Bush había enviado una señal al gobierno de Pyongyang invitándolo al diálogo "sin condiciones previas", pero no había recibido respuesta.

Pero antes, al llegar a la Casa Blanca en enero de 2001, Bush se había negado a emprender el camino iniciado por su predecesor, Bill Clinton, quien semanas antes de dejar el gobierno estaba preparado para realizar una visita histórica a Pyongyang y sellar un acuerdo que habría descartado amenazas balísticas y nucleares planteadas por Corea del Norte.

Según su entorno, Bush se mostró estupefacto al abrir el expediente y consideró que las negociaciones iniciadas no lograrían un acuerdo confiable.

Para reposicionar a Estados Unidos en una posición de fuerza, Bush decidió romper temporalmente el vínculo con Pyongyang, con el consiguiente daño al Presidente surcoreano, comprometido por su parte en una política de acercamiento con su homólogo norcoreano, Kim Jong-Il.

Este enfriamiento alcanzó su punto culminante a principios de este año, cuando Bush puso a Corea del Norte al mismo nivel que Irak e Irán, países a los que acusó de formar el "eje del mal".

Con su firme actitud, Bush parece haber conseguido el resultado esperado. Según analistas y responsables de la administración estadounidense, las autoridades de Pyongyang parecen desde hace unos dos meses cada vez más deseosas de reanudar el diálogo.

Corea del Norte aprovechó la visita de hace unos días de un emisario surcoreano, Lim Gong-Won, para señalar su propósito de retomar el contacto con el mundo exterior, que es esencial para la supervivencia económica del país.
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