QUIBDO.- El responsable humanitario de la ONU en Colombia, Anders Kompass, advirtió hoy en Quibdó de nuevos riesgos para la población civil de las selvas del noroeste del país por la presencia de paramilitares y guerrilleros en el área.
Kompass dijo, al regresar de la zona de una reciente matanza que costó la vida a 119 civiles, una gran parte de ellos niños, que los lugareños le expresaron el temor de que la permanencia de ultraderechistas desate combates como los de comienzos de mes.
El diplomático hizo la advertencia en unas breves declaraciones que ofreció a los periodistas en esta ciudad del noroeste, a más de 800 kilómetros de Bogotá y a la que llegó el jueves para investigar la tragedia del 2 de mayo.
Kompass lidera una misión humanitaria de las Naciones Unidas que fue creada para que constatara los hechos que causaron esta matanza, la más grande de civiles en el prolongado conflicto armado interno.
Los lugareños murieron en la explosión de un cilindro (bombona) de gas doméstico, lanzado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante combates con la asociación ultraderechista Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), representada en la región por las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU).
El artefacto cayó en el templo católico de la localidad, en el que unos 300 lugareños estaban refugiados desde el día anterior.
’’La población civil teme que esta presencia de las AUC, de los paramilitares, desate otros ataques por parte de la guerrilla’’, afirmó Kompass, quien dirige la oficina colombiana de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Para los lugareños, eventuales nuevos ataques ’’van a poder causar otra tragedia más’’, agregó el diplomático, quien además constató que el desplazamiento forzado continúa en la región.
Kompass dijo que ’’a pesar de la presencia de la fuerza pública, la gente está saliendo’’.
Según autoridades regionales y organizaciones no gubernamentales, más de 5.000 personas han abandonado Bojayá y otras localidades de la región, que pertenece al Chocó, departamento de la frontera con Panamá y cuya capital es Quibdó.
La misión humanitaria que visitó el área de la matanza fue conformada según el mandato que tiene la oficina de Kompass, a quien le acompañaron cuatro de los funcionarios de su delegación.
Además, el Gobierno del presidente colombiano, Andrés Pastrana, pidió el martes a Kompass que constatara lo sucedido en Bojayá.
El despacho de Kompass informó hace cuatro días de que la misión humanitaria elaborará un informe que, en primera instancia, será entregado al gobierno y, luego, a la opinión nacional e internacional.
