EL PORVENIR, Guatemela.- Cientos de socorristas, militares, policías y voluntarios, sumidos en el barro hasta la cintura, buscaban hoy viernes entre los escombros, troncos de árboles y piedras a las víctimas de un alud que sepultó un caserío, 180 km al norte de la capital, donde murieron al menos 22 personas.
Completamente sucios y agotados por la ardua labor, iniciada la noche del jueves, hombres y mujeres se aferran a la idea de encontrar algún sobreviviente entre los escombros que dejó un deslave del Volcán San Lucas en El Porvenir, unos 180 km al suroeste de la capital.
Los cadáveres de dos hombres, cuatro mujeres y los 14 infantes permanecen tendidos sobre una loza de cemento en el salón comunal, apenas cubiertos por sacos de plástico blanco.
Las labores de rescate comenzaron la noche del jueves, después del desastre ocurrido a las 22.00 locales, que afectó la comarca, habitada por unos 450 indígenas K’achiqueles, una de las 23 etnias existentes en el país.
A la 05.30 locales de este viernes, los rescatistas retomaron palas, azadones, piochas y motosierras para reiniciar los trabajos, que habían sido suspendidos en la madrugada debido a la oscuridad y la lluvia.
Dos horas después, empezaron a aparecer los cuerpos de las víctimas: el primero de ellos un niño de apenas un año y luego el de un adulto y otro menor.
Otros tres cadáveres fueron localizados a unos siete km del lugar, adonde fueron arrastrados por la correntada, mientras que tres más aparecieron en distintos sitios en las faldas del volcán San Lucas, conocido oficialmente con el nombre de Atitlán.
"La tragedia es grande, nunca nos imaginamos que esto podía llegar a suceder, mi tío Juan y sus seis hijos aún no aparecen", relató Venancio Samayoa.
"En el volcán se escuchó un trueno, pero no estaba lloviendo, aunque había llovido toda la tarde, de repente se comenzaron a oir gritos de horror porque ya estaban sufriendo el hecho", comentó el hombre, mientras removía escombros con su pala.
De acuerdo con otro vecino, Augusto Yax, las fuertes lluvias provocaron que se formara una laguna en la cima del volcán, la que finalmente cedió, provocando la avalancha mortal.
"Mi hermana y su esposo todavía no aparecen, en cambio sus tres hijos ya fueron rescatados pero muertos", lamentó llorando Elvira Puntaj, mientras amamantaba a su pequeña hija de nueve meses.
"Mi nieta Ofelia no aparece y mañana (sábado) le íbamos a celebrar sus 15 años", dijo por medio de un intérprete la abuela de la desaparecida, Candelaria Cumes, quien no habla español y tampoco sabe leer y escribir.
"Mi papá nos gritó desde la calle que salieramos de la casa porque venía la correntada, yo estaba acostado, pero me levanté y vi que mi hermana Silvia Lorena (10) estaba dormida y la cargué y salí corriendo. Gracias a Dios la rescate’’, relató Pedro Ajpup (18).
De acuerdo con Ajpup, que estudia para maestro, el deslave arrasó también con cerdos, vacas, gallinas, gatos y perros, en la mayoría de las 86 casas del poblado.
La Coodinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) anunció el envío de maquinaria para apoyar a los rescatistas, así como alimentos, frazadas y equipo para atender a los damnificados, mientras el gobierno indicó que el vicepresidente Francisco Reyes podría visitar el área.
