CATANIA.— Un gran río del lava descendía el domingo por las laderas del Monte Etna hacia un refugio para alpinistas y turistas, mientras la gente de las poblaciones cercanas abandonaba sus casas tras sentir dos sismos ocurridos con cinco minutos de diferencia.
"El movimiento fue violento, los muros temblaron durante lo que pareció un tiempo infinitamente prolongado", dijo Enrico Pappalardo, alcalde de Santa Venerina, una de las poblaciones al pie del Etna, a la agencia italiana de noticias.
Los turistas y curiosos que se acercaban fueron devueltos por las autoridades, y los propietarios de tiendas en el complejo de construcciones del refugio retiraban con rapidez sus mercancías anticipando que la lava pudiera alcanzarlo.
No hubo heridos y ningún edificio resultó dañado en los sismos consecutivos causados por la actividad volcánica en el este de Sicilia.
El primer temblor, a las 7:55 de la mañana hora local, tuvo una magnitud de 2.7. Fue seguido por otro, de magnitud 3.7, según el Instituto Nacional de Geofísica.
El ejército construía un muro protector alrededor del refugio. A media tarde la lava había descendido hasta unos 400 metros del complejo.
El Etna, cercano a la ciudad de Catania, es el volcán más activo de Europa. El más reciente periodo de actividad comenzó el 27 de octubre.
