BOSTON.- La Arquidiócesis de Boston analiza la posibilidad de declararse en quiebra para protegerse de unas 450 demandas de presuntas víctimas de abuso sexual presentadas en su contra, informó el domingo "The Boston Globe".
Esa medida por parte de la arquidiócesis, que estuvo en el centro del escándalo de pederastia que sacudió a la iglesia católica este año, no tendría precedentes en Estados Unidos, agregó el diario.
El Globe, citando a altos funcionarios de la iglesia y a dos fuentes cercanas a la arquidiócesis, dijo que el cardenal de Boston, Bernard Law, había estudiado el tema, pero que todavía no había decidido presentar la quiebra ante la justicia.
Presentando la protección de quiebra ante un juzgado federal se detendría el curso de los casos civiles ya iniciados contra la arquidiócesis y, además, evitaría que se presenten nuevas demandas en su contra mientras reorganiza sus finanzas. También podría juntar a cientos de demandantes en un solo grupo, añadió el diario.
También la justicia tendría en cuenta una admisión de negligencia por parte de la arquidiócesis por la forma en cómo trató los casos de abuso sexual de menores en los cuales estuvieron involucrados algunos de sus sacerdotes, dijo el periódico citando a fuentes de la iglesia.
Esta información fue publicada en un momento en el cual los abogados de las presuntas víctimas del padre Paul Shanley se preparaban para presentar esta semana ante la opinión pública los archivos de la arquidiócesis sobre varios de los sacerdotes acusados de conducta sexual impropia con menores.
La semana pasada, los abogados que representan a la arquidiócesis y los que presentaron las demandas se reunieron durante cuatro horas y media en un hotel de Boston para tratar de llegar a un acuerdo. Sin embargo, pareció que ninguna de las partes involucradas pudo avanzar hacia un arreglo.
El escándalo de abuso sexual en la iglesia estalló este año luego que se conocieran los archivos de algunos sacerdotes acusados de pederastia en los cuales se constató que Law y otros jerarcas eclesiásticos conocían la conducta de los religiosos, pero en lugar de tomar medidas contra ellos sólo los enviaron de una parroquia a otra.
Law ha ofrecido disculpas en reiteradas ocasiones por la forma en cómo trató esos casos, pero se negó a presentar la renuncia a su cargo.
