CARACAS.- La oposición y el oficialismo realizaron hoy sendas marchas en contra y en respaldo del gobierno respectivamente, en medio de un clima de tensión, luego de una matanza en una plaza pública de la capital que dejó tres muertos y 28 heridos el pasado viernes.
El oficialismo concentró sus seguidores en las cercanías del palacio presidencial de Miraflores, en el centro de la ciudad, luego de recorrer algunos kilómetros desde la populosa barriada de El Valle en el lado sur de Caracas.
Los simpatizantes del gobierno expresaron su respaldo al mandatario Hugo Chávez con pitos, consignas y cohetones, y su rechazo a una huelga general que se inició el pasado lunes para exigir un adelanto de elecciones como salida a la crisis del país.
Numerosos autobuses con simpatizantes provenientes del interior arribaron a la capital para nutrir a una multitudinaria concentración que el vicepresidente ejecutivo José Vicente Rangel estimó en "dos millones de personas".
"Aquí está el pueblo que respalda mayoritariamente al gobierno constitucional de Hugo Chávez", dijo Rangel a la prensa.
Rangel agregó que la manifestación realizó un minuto de silencio en honor a los caídos en la masacre de la Plaza Altamira, luego de que la oposición criticara al gobierno por no haber emitido un decreto de duelo ante los cruentos sucesos.
El experto en medición de población Alejandro Freites calculó en unas 27.000 personas la asistencia al acto oficialista, de las cuales cerca de la mitad habrían sido trasladados a bordo de 317 autobuses, según expresó.
"La concentración ocupó casi ocho manzanas y la medición revela una reducción del 70 por ciento de presencia con relación al último evento del gobierno en octubre", precisó.
A su vez, la disidencia marchó en el este de la ciudad en silencio y signos de luto en homenaje a los muertos de Altamira.
Las fuerzas policiales y municipales adoptaron extremas medidas de seguridad con el despliegue de más de 2.000 policías en sitios claves del recorrido para garantizar la protección de los manifestantes que acudieron también masivamente a protestar contra Chávez, pese a los temores de nuevos ataques.
Pocos momentos antes de arrancar la marcha, dos personas armadas fueron detenidas en la plaza ocupada por los militares que se mantienen en desobediencia frente al gobierno, con la sangre aún fresca por las víctimas de ayer.
Así mismo fueron arrestados dos efectivos de la dirección de policía militar (DIM) que dispararon en la mañana de ayer, antes de la masacre, contra algunos vehículos apostados en la plaza.
Igualmente, una grabación transmitida por la televisora globovisión minutos antes de la marcha mostraba la voz de un presunto militar instruyendo "por orden del alcalde" (oficialista Freddy Bernal) a "enviar drogadictos, prostitutas y ebrios" hacia el sector de El Márquez, donde se desplazaría la disidencia.
La multitudinaria manifestación opositora, cuya medición aún no habían realizado los expertos, finalizaría en el este de la ciudad con una misa por las muertes del viernes por el padre Saúl Figueroa.
