El menor con los explosivos.
TEL AVIV.- El niño palestino con el cuerpo cubierto de explosivos, interceptado el miércoles por el ejército israelí, dijo en un interrogatorio que iba a convertirse en "un héroe" si se sacrificaba en un ataque suicida. "Iba a ser un héroe. Iba a recibir como premio en el paraíso a las 72 vírgenes (que los grupos integristas islámicos prometen a sus ’mártires’ kamikazes)", dijo Hussan Abdo, de 16 años, a los soldados que lo interrogaron tras haberlo interceptado.
El niño formaba fila el miércoles en un puesto de control israelí cuando de pronto comenzó a correr hacia los soldados, que lo apuntaron con fusiles y lo obligaron a alzar los brazos.
Hussan, asustado, obedeció la orden y, al apartar los brazos de su cuerpo, dejó a la vista parte de los explosivos que llevaba adheridos y que estaba dispuesto a hacer detonar.
Los medios israelíes dedicaron hoy la primera plana al hecho, y se preguntaron qué hay que esperar de los grupos armados palestinos después de la aparición de mujeres y niños kamikazes.
Después de interceptarlo, los militares obligaron al niño a desnudarse, y con la ayuda de un robot cortaron las cintas con las que tenía adheridos los explosivos.
Su confesión
Hussan dijo a los militares, según informaron hoy los diarios israelíes, que había decidido convertirse en "mártir" porque estaba harto de no ser tomado en serio por sus compañeros de escuela. "No me quieren", le dijo a los militares.
Su hermano, Hosni, lo describió como "psicológicamente débil", "fácilmente impresionable" y "un poco crédulo", y dijo que por esa razón "sus compañeros los dejaban de lado".
Según Jerusalen Post, Hussan
quería ser "un héroe" y además iba a recibir 100 shekel (menos de 20 euros) y "72 vírgenes le iban a abrir las puertas del paraíso con delicias sexuales".
"Es triste y es trágico, era perfectamente conciente de lo que debía hacer y quería hacerse explotar, a cambio de las 72 vírgenes y los 100 shekel", dijo hoy al diario Haaretz el comandante de la compañía que lo arrestó, quien se identificó con el nombre de Guy.
Según las investigaciones, el grupo que armó al niño fue Tanzim, un grupo armado cercano al movimiento mayoritario palestino Al Fatah, en el campo de refugiados de Balata, cerca de Nablus.
Pero ante los fusiles de los militares, "dijo que no quería morir", relató el teniente Tamir Milrad.
Hasta ahora, unos 31 jóvenes de menos de 18 años participaron de atentados suicidas, informó hoy el Jerusalem Post.
El padre de Hussan, dueño de una farmacia en el barrio Al Makhfiya de Nablus, cuando se enteró de lo ocurrido tuvo un ataque de nervios, mientras que su madre, Tamam Abdu, de 50 años, denunció que "utilizar a un niño así es irresponsable y está prohibido".
Hussan, relató su madre, tuvo un comportamiento extraño unos días antes de lo ocurrido. Se mostró "muy cariñoso con su madre y le regaló dulces a sus hermanos y vecinos, sin explicar por qué".
