Uno de los afiches de la próspera empresa.
BERLIN.- Reclusos de la cárcel alemana de Tegel en Berlín iniciaron hace un año la venta de sus uniformes carcelarios, confeccionados por ellos mismos. La idea hizo furor. Esta semana abrieron su primera tienda en la capital alemana.
"Preso: ropa de cárcel desde 1898". El título suena a un juego de mal gusto de la publicidad, pero esta vez describe exactamente de lo que se trata.
En julio del año pasado el pequeño grupo de reclusos del taller de sastrería de la cárcel de Tegel, en Berlín, se asoció con una empresa de mercadeo y comenzaron a ofrecer su trabajo en internet.
Del pabellón a las pasarelas
La ropa era exactamente la misma que los reclusos llevan en la cárcel: zapatos, pijamas, casacas, camisas diseñadas por ellos mismos y sus anónimos predecesores. La ropa está pensada para ser práctica, resistente, flexible.
El éxito fue tan grande que los reclusos no conseguían dar a basto con la demanda y tuvieron que pedir ayuda. Pronto se asociaron con 12 talleres de sastrería de otras cárceles alemanas, luego vinieron ofertas de presos en Suiza y Austria.
Los nuevos socios aportaron también nuevos modelos y productos que confeccionaban y usaban en las distintas cárceles del país. Pijamas de estampados azules de la cárcel de Brandemburgo, pantalones rojos de la cárcel de Amberg, camisetas blancas del penal de Kaisheim.
"La demanda ha sido increíble y ahora vendemos unos mil productos por mes a través de internet", comentó a la BBC Stephan Bohle el jefe de la empresa distribuidora "por ahora debimos limitarnos a distribuir los productos dentro de la Unión Europea, pero pronto la extenderemos".
Bohle conversó con la BBC en la primera tienda que abre "Presos". Está llena de cajas que el incesante ir y venir de compradores le quitan de las manos y que apenas logra ordenar.
Calidad excelente
Para variar un poco la mercadería, la empresa decidió ofrecer un par de nuevos colores que no se usan en la ropa carcelaria. Los modelos, en todo caso, son los mismos que utilizan los presos en las distintas penitenciarías de Alemania.
La calidad es en verdad excelente, el material es robusto y en algunos productos, como las chaquetas aún la tela misma es hilada por los presos.
Hay algunos productos poco esperables: vino y aguardiente que provienen de una cárcel suiza, una muy elegante ropa de cama de la cárcel de Baviera, manteles y toallas de la cárcel de Amberg.
"Hemos recibido muchas ofertas de cárceles de todo el mundo para asociarse con nosotros" comentó Bohle. "Una cárcel mexicana, por ejemplo, nos ofreció hamacas".
El furor que despierta la ropa carcelaria no se limita sólo a los compradores. En el próximo invierno "Presos" espera sacar una nueva colección, pero con la entusiasta ayuda de algunos famosos modistos, que quedaron sorprendidos por el diseño y la calidad de esta ropa que sigue la moda detrás de las rejas.
