LIMA.- Cientos de policías y soldados peruanos cercaron el sábado al grupo de ex militares que tomó violentamente la comisaría de una ciudad andina exigiendo la renuncia del impopular presidente Alejandro Toledo, dijo el líder de los insurgentes, Antauro Humala.
Tras el asalto al local policial -que se produjo a pocas horas de iniciado el nuevo año y que dejó siete heridos de bala- los ex militares secuestraron a diez agentes y se apoderaron de sus armas.
"Hay cerca de 800 policías y como 600 soldados rodeando el barrio en el cual estamos. Yo preveo que va a haber un enfrentamiento en la noche", aseguró umala en entrevista telefónica con Reuters desde la comisaría de Andahuaylas, a unos 900 kilómetros al sureste de Lima.
Toledo suspendió su descanso en un exclusivo balneario en el norte del país y convocó a sus ministros a una reunión de emergencia para analizar la situación.
Humala lidera el denominado "movimiento etnocacerista", un grupo nacionalista de inspiración castrense, integrado mayormente por ex soldados, que busca revolucionar la política peruana con propuestas radicales como nacionalizar la industria local y legalizar la hoja de coca, insumo de la cocaína.
Para Humala, Toledo es "un delincuente en palacio de gobierno, que tiene a su vez ministros delincuentes"".
La imagen de Toledo, que culmina su mandato de cinco años en julio del 2006, se ha visto seriamente dañada por las múltiples denuncias de corrupción en su entorno. Su popularidad es de sólo 9 por ciento, según recientes encuestas.
El primer ministro, Carlos Ferrero calificó de subversiva a la agrupación de Humala y la vinculó con el narcotráfico.
"La fuerza armada y la policía nacional restablecerán el orden, y serán sometidos a la justicia aquellos que la han quebrantado", dijo Ferrero a RPP radio.
El grupo de Antauro Humala se hizo conocido en el 2000 cuando se sublevó -liderado en esa oportunidad por su hermano Ollanta, un militar en actividad- contra el presidente Alberto Fujimori tras un escándalo de corrupción detonado por el jefe de espías, Vladimiro Montesinos.
Según reportes de medios locales, los seguidores de Humala, apoyados por algunos pobladores de Andahuaylas, tomaron pacíficamente la tarde del sábado las instalaciones de la municipalidad exigiendo la renuncia de su alcalde.
Según el ministerio de salud, seis de los siete heridos fueron trasladados a Lima. Cinco de ellos son policías.
Humala aseguró que uno de sus simpatizantes murió tras ser interceptado por la policía en un incidente aislado. Esto no pudo ser confirmado inmediatamente.
Según Humala, unos 160 miembros de su grupo, con él al frente, sorprendieron durante la madrugada del sábado a los policías que se encontraban en la comisaría aprovechando "el factor sorpresa", ya que estaban celebrando Año Nuevo.
"Nos hemos atrincherado y va a haber un combate urbano. Si quieren arriesgar su pellejo por defender a un presidente como Toledo es problema de ellos", aseveró.
Reunión de emergencia
Los presidentes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del Perú iniciaron en la noche de hoy una reunión de emergencia para definir la respuesta que se les dará a rebeldes que tomaron una comisaría y mantienen de rehenes a 10 policías en demanda de la renuncia del mandatario Alejandro Toledo.
Además de Toledo y sus colegas del Congreso, Antero Flores Aráoz, y de la Corte Suprema de Justicia, Walter Vásquez Vejarano, quienes conforman el Consejo de Estado, participan en la reunión, que se celebra en Palacio de Gobierno, los presidentes del Consejo de Ministros, el Tribunal Constitucional, el Consejo Nacional de la Magistratura y el Ministerio Público.
Previamente, el mandatario presidió una reunión del Consejo de Ministros de la que aún no trascendieron detalles.
Unos 150 hombres liderados por el mayor en retiro ultranacionalista Antauro Humala tomaron hoy la comisaría de la ciudad andina de Andahuaylas, en una operación que dejó siete heridos, entre ellos un policía que se debate entre la vida y la muerte.
Los "etnocaceristas", como se autodenominan, aseguran que sólo saldrán del lugar y liberarán a los rehenes cuando Toledo y su ministro de Defensa, general en retiro Roberto Chiabra, renuncien, un pedido que no parece tener ninguna posibilidad de prosperar.
La tensión es extrema al anochecer en Andahuaylas, empobrecida ciudad andina de unos 30.000 habitantes, pues los secuestradores, que manejan posiciones radicales y son en su mayoría reclutas en reserva que saben de armas, tienen apoyo de una parte de la poblaciópn local, por lo que un eventual contraataque policial o militar podría tener impredecibles consecuencias.
