ASUNCION.- La justicia paraguaya ordenó la captura del ex dictador Alfredo Stroessner, acusado del presunto delito de muerte por tortura de tres políticos opositores en los años 70.
El juez de liquidación y sentencia, Gustavo Santander, confirmó el sábado que el ex mandatario, actualmente de 93 años de edad y asilado en Brasilia, se encuentra procesado por la desaparición física de Federico Tatter, Ignacio Samaniego y Óscar Rojas.
El ex jefe de Estado gobernó con mano de hierro entre 1954 y 1989, cuando fue derrocado en un cruento golpe militar liderado por su consuegro general Andrés Rodríguez, quien murió en 1994 en Estados Unidos, víctima de un cáncer de colon.
Stroessner también enfrenta otro proceso por su presunta complicidad en el fallecimiento de Celestina Pérez, por tortura psicológica.
El magistrado explicó que semanas atrás tomó declaración informativa al ex general Alejandro Fretes Dávalos, quien en los años 50 y 60 se desempeñó como director del departamento de inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
Al mismo tiempo, en los meses siguientes escuchará las declaraciones informativas de un grupo de coroneles en situación de retiro que décadas atrás estuvieron involucrados en organismos militares que, supuestamente, lucharon contra grupos insurgentes.
Martín Almada, militante de una organización de defensa de los derechos humanos, viudo de Celestina Pérez, comentó que "no existe voluntad de la justicia paraguaya para forzar la presencia de Stroessner aquí para que responda por los crímenes de su gobierno".
"Mi mujer falleció en 1976 cuando yo estaba preso en forma ilegal en el departamento de Investigaciones de la policía; todos los días los personeros de Stroessner llamaban a mi casa diciéndole a mi esposa que yo ya estaba muerto. Finalmente, ella no soportó la tortura psicológica y murió", recordó.
Almada se quejó porque "tampoco existe voluntad de parte de Brasil para expulsar a Stroessner. Yo vengo investigando la participación de Stroessner en la alianza cívico-militar vigente en los años 70 y 80 entre las dictaduras militares de Argentina, Brasil, Paraguay y Chile, años en que se apresaban e intercambiaban presos políticos en forma impune", dijo.
Almada es el mismo que en 1992 descubrió los archivos secretos de la policía política. Los documentos, reunidos en un volumen denominado "Archivo del Terror", clasificados con la ayuda económica del gobierno de Estados Unidos, se encuentran a disposición del público en la biblioteca del Palacio de Justicia, en Asunción.
