SAN SEBASTIÁN.- El Presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró hoy dispuesto en principio a dialogar con los independentistas vascos de la ilegalizada Batasuna, pero les exigió como condición que condenen la violencia, además de que finalice el terrorismo de ETA.
"Es necesario que cese de una vez el ruido de las bombas y las pistolas (...). Que tengan valentía de condenar y rechazar la violencia", instó Rodríguez Zapatero durante un discurso en la ciudad vasca de San Sebastián, donde los socialistas celebran una Convención Municipal durante el fin de semana.
Las palabras del presidente del gobierno español son la respuesta a la oferta de la víspera de la ilegalizada Batasuna, que a través de una carta abierta le ofreció una negociación para la solución del "conflicto" vasco: "un acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas" sobre las "reglas democráticas que hagan posible un nuevo escenario donde todos los proyectos políticos tengan cabida".
El que fuera portavoz de Batasuna (Unidad), Arnaldo Otegi, ofreció su apoyo a Rodríguez Zapatero para pasar a la historia como "el Tony Blair español" -en relación al acuerdo de Irlanda del Norte-, sugiriéndole "buscar la desmilitarización multilateral" y la "puesta en libertad" de los etarras presos.
Batasuna fue ilegalizada en 2003 por la Justicia española, al considerarla parte del entramado etarra. No obstante, la formación subsiste en el Parlamento regional del País Vasco bajo el nombre de Sozialista Abertzaleak.
Rodríguez Zapatero reiteró su apuesta fuerte "por ver el fin de la violencia" en el País Vasco. Los ciudadanos saben "hasta qué punto soy capaz de hacer esfuerzos por la paz que quieren los vascos y todos los españoles, que tenemos que ganar con el esfuerzo de la razón como vamos a demostrar en los próximos tiempos", dijo en San Sebastián.
La oferta de Batasuna -sobre la que inicialmente se han mostrado "optimistas" los partidos vascos PNV, EA y la federación vasca de Izquierda Unida (IU-EB)- se produce en un momento de agitación política en España por el plan soberanista del presidente del gobierno regional vasco, Juan José Ibarretxe.
Rodríguez Zapatero se reunió el jueves en La Moncloa con el "lehendakari", al que expresó su completo rechazo al plan, que prevé la libre asociación del País Vasco a España y un aumento muy significativo de las competencias de esa comunidad autónoma española, hasta gozar, entre otras cosas, de un sistema judicial propio.
El llamado "plan Ibarretxe", al que junto a los socialistas (PSOE) se opone fuertemente el Partido Popular (PP), el principal de la oposición, fue aprobado ya en la Cámara vasca gracias al apoyo de una parte de Batasuna. Ayer viernes fue registrado por el presidente del Parlamento de Vitoria, Juan María Atutxa, en el Congreso de los Diputados, en Madrid, para su tramitación por el Parlamento español, donde es seguro que será rechazado con, al menos, los votos de socialistas y populares.
Rodríguez Zapatero y el secretario general del PP, Mariano Rajoy, acordaron ayer viernes, en un encuentro en la sede del gobierno, crear una comisión mixta de socialistas y populares con el objetivo, entre otros, de enfrentarse al "plan Ibarretxe".
"Tengo profundas discrepancias políticas con el PP", dijo hoy el presidente del gobierno, "pero lo que representa la derecha en este país es imprescindible para avanzar en las reformas y en la convivencia democrática".
