Así quedó el edificio después del incendio.
MADRID.- La demolición de la madrileña Torre Windsor, de 106 metros de alto y devastada en la noche del sábado al domingo por un violento incendio, se hará desde el exterior por medio de enormes grúas, informó hoy el alcalde de la capital español, Alberto Ruíz-Gallardón.
La próxima semana se presentará el plan de actuación para "desmontar" el edificio, que ha sido declarado en "ruina inminente", así como el coste y el tiempo que se invertirá en la demolición.
El alcalde anunció la reducción desde hoy del perímetro de seguridad en torno al edificio de 500 a 60 metros, lo que permitirá a varios edificios volver a la actividad y a cientos de personas regresar al trabajo en el corazón financiero de Madrid.
Un informe de los técnicos de Control de Edificación del ayuntamiento madrileño considera que el estado de las ruinas de la torre es "alarmante" y su demolición "irreversible", aunque matiza que el núcleo de hormigón armado del edificio mantiene una "cierta rigidez" al haberse visto menos afectado que las fachadas por el fuego.
El informe, comunicado en rueda de prensa por la concejala de Urbanismo madrileña, Pilar Martínez, constata que "todavía persiste el riesgo de derrumbamientos parciales con arrastres imprevisibles", debido sobre todo "crujías a punto de colapsar" y a la armadura de las fachadas que "gravitan sobre el borde perimetral", amenazando con caer.
Ante este panorama, la demolición se llevará a cabo con grúas que cogerán las piezas, las cortarán y las bajarán al suelo en una operación que habrá que hacer con "mucha delicadeza y mucho tacto", según Martínez.
El informe sobre el estado del edificio ha podido ser elaborado después que los bomberos pudieran entrar el miércoles en el edificio y examinar los restos de la torre, una de las más altas de Madrid.
