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Murió Juan Pablo II

Tras una suma de enfermedades, el Papa entregó su último aliento de vida luego de 84 años, 26 de ellos como líder máximo de la Iglesia Católica. El mundo entero llora la partida, de quien fuera un férreo defensor de la paz y la libertad.

02 de Abril de 2005 | 15:57 | El Mercurio en Internet
Especial: Juan Pablo II (1920-2005)

VATICANO.- A las 21:37 hora local (15:37 en Chile), y tras una larga agonía, murió el Papa Juan Pablo II, según confirmó el Vaticano.

"El Santo Padre murió esta noche a las 21.37 en su apartamento privado. Se pusieron en práctica los procedimientos previstos en la Constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996", dijo el portavoz Joaquín Navarro Vals.

Víctima de una gripe desde en enero pasado - que derivó en dificultades respiratorias, una traqueotomía y la implantación de una sonda nasogástrica de alimentación- el Pontífice dejó ir su último aliento de vida luego de 84 años.

Aunque de alguna manera la noticia puede haber sido esperada por todos, el mundo entero está conmocionado ante la pérdida de este líder católico que estuvo en el máximo puesto de esa Iglesia por 26 años – el tercer pontificado más largo- y fue conocido como el "Papa viajero" por haber realizado 104 viajes a 131 países de los cinco continentes.

Juan Pablo II será recordado como un hombre de paz, de sabiduría y de amor que nunca flaqueó ante la desesperanza, el odio y el pecado humano.

"El amor es más fuerte"

El polaco Karol Wojtyla se hizo cargo de la Iglesia en 1978, poniendo fin a 400 años de tradición que sólo sabían de pontífices italianos. Desde entonces llevó la luz de la fe católica hasta los rincones más alejados del planeta, sin importar estar en tierras con otros credos. Fue el primero en entrar a una sinagoga y a una mezquita y reconoció que en cada religión "hay semillas de verdad". Tampoco dudó en pedir perdón por los errores de la Iglesia Católica en el pasado.

Juan Pablo II guió a la Iglesia hacia el nuevo siglo y defendió en forma acérrima los derechos humanos, rechazó el aborto y la pena de muerte y criticó a los países desarrollados por su poca colaboración con aquellos más pobres.

Visitó Chile en 1987, dejando un mensaje de amor y reconciliación. Su recordada frase "el amor es más fuerte" resonó en un país que buscaba realizar los cambios de cara a los nuevos tiempos.

Para el pueblo chileno pesará en forma especial la ausencia del Santo Padre en la canonización del Padre Alberto Hurtado, en octubre próximo, aunque fue el mismo Juan Pablo II quien lo beatificó y reconoció su calidad de santo. En el recuerdo quedará por siempre el 21 de marzo de 1993, día en que santificó a Teresa de Los Andes.

La crisis actual

No era la primera vez que el Papa sufría un problema de salud que le impida realizar plenamente sus funciones. Basta con recordar el atentado del que fue víctima el 13 de mayo de 1981, hecho que lo tuvo 20 días en el hospital, cuando el turco Mehmet Ali Agca le disparó en el estómago.

En 1992 fue operado por un tumor benigno en el colon y en 1995 y 1996 sufrió ataques de nauseas y fue operado para quitarle el apéndice inflamado. Además de ser operado por fracturas tras diversas caídas, en 2001 los médicos confirmaron que sufría del mal de Parkinson lo que no hizo más que demostrar su lucha personal era contra la fragilidad de su salud.

La crisis actual que derivó en la muerte del líder católico se originó a fines de enero de 2005 cuando Juan Pablo II se vio afectado por una gripe que lo obligó a cancelar varias audiencias.

La inflamación de su garganta y serias dificultades respiratorias obligaron a su hospitalización urgente el 1 de febrero en la clínica Gemelli. El alta médica se dio 10 días después, pero el 24 del mismo mes fue nuevamente internado, esta vez para practicarle una traqueotomía.

En medio de estas dificultades, el Juan Pablo II no celebró, por primera vez en su Pontificado el miércoles de Ceniza (9 de febrero) que simboliza el inicio del período de Cuaresma. Tampoco presidió el inicio de la Semana Santa y se vio imposibilitado de participar en el Vía Crucis.

De igual manera, por primera vez en sus 26 años al mando de la Iglesia Católica, el Papa no pudo articular una palabra en el Domingo de Resurrección para dar la bendición "Urbi et Orbi". Las imágenes internacionales que lo mostraron tratando de hablar desde una ventana de su pieza, en el Vaticano, fueron impactantes.

Su estado de salud empeoró y el 30 de marzo debió ser intervenido nuevamente para implantarle una sonda nasogástrica que le permitiera alimentarse mejor. Se rumoreó que había bajado drásticamente de peso.

La operación a la que fue sometido le provocó, el 31 de marzo, una seria infección urinaria, con fiebre alta y baja presión y el mundo entero estuvo desde entonces en vilo rogando por su salud.

Sin embargo, hoy se apagó aquel fuego que inspiró tanto amor y que luchó contra todos por la paz y la libertad del mundo, y llevó alegría a cientos de países en el mundo entero.
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