NAIROBI.- ¡Que bajen la música por Dios!, fue lo que dijo la primera dama keniana, Lucy Kibaki, que irrumpió hasta tres veces en una fiesta que se celebraba junto a su casa.
La esposa del Presidente Mwai Kibaki montó una escena cuando pasada la medianoche del sábado se presentó en la fiesta de despedida del representante del Banco Mundial en el país, Makhtar Diop, según cuenta hoy la prensa local.
Diop ha vivido como inquilino en la casa de los Kibaki desde que éstos se trasladaron a la residencia presidencial, pero los Kibaki aún mantienen una pequeña vivienda en la parcela vecina, desde donde Lucy debió maldecir a la orquesta que amenizaba la velada y que le impedía dormir.
Lucy tuvo unas palabras con el organizador de la fiesta, trató de desconectar el suministro eléctrico y sólo desistió de su propósito cuando los guardas de seguridad de Diop se la llevaron.
"No me quedó muy claro qué llevaba puesto pero parecía un pijama azul o un chándal", dijo el cantante Eric Wanaina.
La invasión nocturna ha levantado una ola de críticas y uno de los líderes de la oposición, William Ruto, afirmó que "con este tipo de acciones por parte de la primera dama, Kenia no parece un país muy serio a los ojos del mundo".
Otros han pedido "que se definan claramente las funciones del cargo", alegando que el comportamiento de Lucy "no está a la altura" y pone al país "en ridículo".
No está claro si finalmente la orquesta paró la música pero el incidente, si no una noche de descanso, sí le ha deparado a Lucy Kibaki la portada del diario "The Standard", que titula a toda página: "Qué vergüenza de primera dama".
