SAN PABLO.- Una mujer de 20 años, furiosa por un amor no correspondido, envió una pizza envenenada a un empleado de una escuela, que la compartió con ocho alumnos, y todos terminaron en el hospital, víctimas de una grave intoxicación, en el estado de Pernambuco, noroeste de Brasil.
El riesgo de muerte para seis de los envenenados es "alto", dijo un portavoz del Hospital de la Restauración.
"Nunca voy a olvidarte", decía una nota acompañando a la pizza, que llegó mediante un falso repartidor en motocicleta al colegio Jatobá de Petrolandia, donde trabaja Paulo Henrique da Silva, según el relato de fuentes policiales.
Da Silva, al recibir la pizza, convidó a ocho alumnos de la escuela. Los nueve comensales comenzaron a sufrir rápidamente diarreas y vómitos, de acuerdo a la delegación policial de Petrolandia.
La policía dijo que la mujer compró la pizza, la roció de veneno, la volvió a condimentar para esconder el olor al tóxico y luego contrató a un motociclista que simuló ser un repartido de una pizzería que la entregó en el colegio.
