JERUSALEN.- La policía israelí irrumpió el lunes en el Noble Santuario y disparó granadas de aturdimiento para dispersar a centenares de palestinos que apedrearon a la policía y a visitantes judíos.
La violencia estalló al observar Israel el "Día de Jerusalén", en el aniversario de la toma de la parte oriental de la ciudad en la guerra de 1967.
El disputado Noble Santuario incluye las Mezquitas de Omar y de El Aksa, que comparten esa colina con el Monte del Templo reverenciado por los judíos. Los palestinos desean retener la parte oriental de la ciudad para establecer en ella la capital de un eventual estado independiente.
Igualmente el lunes, el ministro de Defensa israelí Shaul Mofaz dijo a una comisión parlamentaria que los militares desarmarán por la fuerza a los colonos judíos que no entreguen voluntariamente sus armas durante la retirada de la Franja de Gaza y el norte de Cisjordania a mediados de año, dijeron los participantes en una reunión a puerta cerrada.
Mofaz indicó además que pedirá a los colonos que evacuen a sus hijos primero antes de la retirada general. "Les pido que no permitan que sus hijos se vean mezclados en aspecto alguno de la evacuación", indicó tras la reunión de las comisiones parlamentarias de Asuntos Exteriores y Defensa.
Preguntado si la retirada, fijada para mediados de agosto, ocurrirá bajo el fuego enemigo, Mofaz respondió que "ha sido decidido que la retirada no tendrá lugar bajo el fuego enemigo. Haremos todo lo posible para coordinar el repliegue con los palestinos".
Los funcionarios palestinos dijeron hoy que Israel se ha retrasado en la prometida entrega de mapas de los asentamientos judíos de Gaza, un elemento importante para coordinar el repliegue. La oficina del ministro palestino Mohammed Dahlan, encargado de coordinar la retirada con Israel, dijo que el estado judío debía haber suministrado los mapas el domingo.
En Jerusalén, unos 3.000 policías fueron emplazados para prevenir un posible enfrentamiento entre palestinos y judíos en Día de Jerusalén.
El enfrentamiento ocurrió el lunes por la mañana cuando varios visitantes judíos, acompañados por la policía, recorrieron el precio de la mezquita El Aksa.
El vocero policial Shmuel Ben-Ruby dijo que centenares de palestinos apedrearon a los visitantes y su escolta policial. Fuerzas de reserva cargaron contra el santuario y lanzaron granadas de aturdimiento para dispersar a la turba, según Ben-Ruby.
Fue detenido un palestino que intentó atacar a un visitante judío, indicó el agente. Dos visitantes judíos resultaron levemente heridos por las pedradas.
El líder palestino Mahmud Abbas dijo que los judíos no deberían haber entrado en el predio de la mezquita. "El gobierno israelí y la comunidad internacional debe cesar estas violaciones injustificadas y peligrosas", insistió en líder en una escuela de Ramalá.
