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Parlamento español acepta estudiar autonomía catalana

Pese al rechazo frontal de la derecha, el Poder Legislativo español acogió a trámite una propuesta que busca otorgar mayor autonomía a la región nororiental de Cataluña.

03 de Noviembre de 2005 | 08:47 | AFP
MADRID- El Parlamento español admitió a trámite, en un histórico pleno extraordinario, la reforma del estatuto de autonomía ampliada de Cataluña, pese al rechazo frontal de la derecha opositora, que se quedó sola frente al resto de las formaciones políticas.

El Congreso español aprobó estudiar el estatuto con 197 votos a favor del Partido Socialista, Izquierda Unida (IU, pro-comunista) y los partidos nacionalistas y regionalistas, y 146 votos en contra de diputados del Partido Popular (PP, derecha).

Se produjo también una abstención, previsiblemente por error, de un diputado socialista.

La votación en el Congreso de los Diputados español tuvo lugar pasada la 01:00 locales tras doce horas de debate, en el que se produjo un constante enfrentamiento del PP con el resto de las formaciones políticas, especialmente con el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

El jefe del ejecutivo español dio su apoyo a la "toma en consideración de la reforma" del estatuto catalán y "su plena adecuación a la Constitución".

El gobernante español se comprometió a "asegurar" que dicha reforma "respetará los principios de libertad, igualdad y solidaridad" interterritorial y confió en que el proceso de reforma "saldrá adelante" afrontado desde "la madurez política".

PP: Estatuto está escrito de espaldas a la Constitución

En cambio, el líder del opositor Partido Popular (PP, derecha), Mariano Rajoy, rechazó de plano un proyecto estatuto que "está escrito de espaldas a la Constitución" y es "incorregible" porque "está construido sobre el supuesto falso de que (Cataluña) es una nación".

Rajoy, que pidió que el texto sea devuelto al Parlamento catalán, calificó a Zapatero de "principal mecenas y fiador de este delirio".

El diputado nacionalista catalán de Convergencia i Unió (CiU, democristiano), Artur Mas; su par del Partido de los Socialistas Catalanes (PSC), Manuela de Madre, y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC, independentistas), Josep Lluis Carod Rovira, fueron los encargados de defender, en tono moderado y dialogante, la reforma estatutaria catalana.

Mientras Mas reclamó a los grupos parlamentarios que "actúen con verdadero sentido de Estado" y pidió "no engañar a la gente (...) diciendo que el Estatut rompe España", De Madre aseguró que el proyecto es "mejorable" y sostuvo que Cataluña "es una nación que tiene su Estado, el español".

Carod Rovira sostuvo que el estatuto "no es contra nadie". Sentenció que "Cataluña es una nación" y criticó la "catalanofobia".

Tercera reforma estatutaria

Se trata de la tercera reforma estatutaria que llega al Parlamento español en esta legislatura después del denominado "Plan Ibarretxe" -proyecto estatutario para el País Vasco (norte), rechazado por mayoría el primero de febrero, y del proyecto de la Comunidad Valenciana (este), admitido a trámite el 20 de septiembre.

Los ponentes catalanes recibieron por la tarde el apoyo de los grupos parlamentarios nacionalistas y regionalistas, que consideraron su proyecto totalmente "legítimo" y arremetieron también contra el PP, recordando que el nuevo estatuto de Cataluña cabe en la Constitución de 1978.

El enfrentamiento se tensó en el último tramo del debate, cuando desde la bancada del PP llegaron unos abucheos, que llevaron al presidente del Congreso, Manuel Marín, a amenazar con suspender la sesión.

El PP, única formación que votó en contra de la admisión a trámite del texto que reivindica a Cataluña como una "nación", presentó también el miércoles un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) al considerar que el proyecto de estatuto es una "reforma encubierta" de la Constitución española de 1978, en la que se basa el actual sistema de autonomías.

El nuevo proyecto de estatuto para Cataluña, aprobado el 30 de septiembre pasado por la mayoría del Parlamento catalán, contempla, entre otros aspectos, un nuevo modelo de financiación, más competencias para puertos y aeropuertos, y limita la exigencia de laicismo en la educación.

Tras su admisión a trámite, se abre ahora una difícil y dura negociación de varios meses entre el texto original y las enmiendas que presente cada grupo parlamentario en el seno de la comisión constitucional del Congreso de los Diputados.
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