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Se conmemora el 60° aniversario de los Juicios de Nuremberg

Los jerarcas del régimen nazi debían responder, en ausencia de Adolf Hitler, a tres cargos: "crímenes de lesa humanidad", "crímenes de guerra" y "crímenes contra la paz".

18 de Noviembre de 2005 | 12:21 | AFP
NUREMBERG.- El histórico proceso de 21 dirigentes nazis que se abrió hace 60 años en Nuremberg fue el primer juicio a ex gobernantes de un país por crímenes de guerra y de lesa humanidad e hizo evolucionar el derecho internacional.

"Por primera vez, los dirigentes del Estado no podían refugiarse en su inmunidad", subrayó Arno Hamburger, un responsable de la comunidad judía de Nuremberg.

Un año más tarde, en diciembre de 1946, el derecho aplicado a Nuremberg se convirtió en derecho internacional, bajo el nombre de los "principios de Nuremberg", que han inspirado recientemente la creación de la Corte Penal Internacional.

Los jerarcas del régimen nazi debían responder, en ausencia de Adolf Hitler, a tres cargos: "crímenes de lesa humanidad", "crímenes de guerra" y "crímenes contra la paz".

A la demanda de Estados Unidos, potencia ocupante en el sur de Alemania, la ciudad de Nuremberg fue elegida para ser sede de las audiencias, debido al símbolo que representaba el recuerdo de las concentraciones del partido nazi.

"No se podía olvidar que fue la ciudad elegida por Hitler" para estas masivas concentraciones, subrayó Reinhard Doerries, profesor de historia contemporánea en Nuremberg, quien subrayó que lo ocurrido es mal visto por los habitantes actuales de la ciudad que, "como muchos alemanes, no quieren pensar más en el pasado".

Los juicios

La elección de Nuremberg se hizo pese al rechazo de Stalin, que deseaba organizar en Berlín un proceso espectacular y expeditivo, al estilo soviético. Para obtener la aprobación del dictador soviético, Berlín fue decretada sede oficial y ficticia del tribunal.

En la apertura del juicio, en noviembre de 1945, las medidas de seguridad fueron excepcionales, al punto de que fueron colocados carros de combate en las calles para prevenir ataques del grupúsculo (guerrillero) nazi Werwolf.

El tribunal estaba conectado a través de un subterráneo a una sala especial, donde los detenidos eran vigilados las 24 horas del día, lo que no impidió que el número dos del régimen nazi, Hermann Goering, se suicidara envenenándose el 15 de octubre de 1946, la víspera de su ejecución.

Sin sus uniformes, los criminales nazis tenían una apariencia gris y lamentable para los espectadores, seleccionados para presenciar las audiencias, entre ellos 350 periodistas y escritores, como los estadounidenses John Steinbeck y Ernest Hemingway, el alemán Erich Kaestner, y otros alemanes desconocidos entonces como el futuro superespía de la República Democrática Alemana Markus Wolf y el futuro canciller socialdemócrata de la República Federal de Alemania, Willy Brandt.

En el comienzo de este histórico proceso - que renunió a un millar de colaboradores en torno a su organizador, el juez estadounidense Robert Jackson, y en el que las audiencias fueron traducidas al alemán, inglés, francés y ruso- todos los acusados se declararon "nicht schuldig" ("no culpables").

Pero un filme obtenido por los aliados occidentales en los campos de concentración de Alemania desveló rápidamente la dimensión del crimen. Otros filmes también abrumadores suscitaron una intensa emoción, como los obtenidos por los soviéticos en los campos de exterminio de Auschwitz y Maidanek.

Sólo el arquitecto de Hitler, Albert Speer, reconoció una parte de responsabilidad en los crímenes, negando hábilmente haber estado al tanto de los planes genocidas del régimen.

Nuremberg fue un proceso con todos los superlativos: extensas audiencias y testimonios, de cuatro millones de palabras, 7.300 metros de filmes, 22 volúmenes, 1.500 páginas, 300.000 declaraciones bajo juramento, 6.613 pruebas, 235 testigos directos (cómplices o participantes en los hechos).

Hoy, la sala 600, donde se realizaron las audiencias, se encuentra en el edificio de la Audiencia Provincial de Nuremberg y se conserva tal como estaba amueblada y equipada en 1945/46.

Cerca de 20.000 personas visitan el lugar anualmente y muchas personalidades abogan por convertirlo en un memorial.
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