BRASILIA.- Un total de 497 integrantes del Movimiento de Liberación de los Sin Tierra (MLST), la organización campesina que hoy protagonizó una invasión a la sede del Congreso brasileño en una acción que dejó 26 heridos y numerosos daños, fue arrestado por la policía, según fuentes oficiales.
De acuerdo con la policía de Brasilia, 539 militantes de la organización participaron de la invasión, entre los cuales 42 adolescentes que fueron puestos a disposición de un juez de menores.
Las otras 497 personas fueron fichadas en un gimnasio de la policía en Brasilia y serán conducidas a un presidio común este mismo martes, afirmó el comisario Antonio Coelho.
Los protagonistas del asalto fueron detenidos por orden del presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Rebelo, que calificó la invasión como un grave atentado a la democracia.
En el mismo sentido se pronunciaron, mediante comunicados oficiales, la Presidencia brasileña, la presidencia del Congreso y el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), uno de cuyos dirigentes, ya desautorizado, lideró la violenta manifestación.
La policía informó igualmente de que Bruno Maranhao, el dirigente del PT y del MLST que comandó la acción, así como otros ocho líderes del movimiento campesino serán recluidos en celdas especiales en una comisaría de policía.
Los campesinos que participaron en la invasión, en su mayoría procedentes de campamentos próximos a Brasilia, serán acusados formalmente de los delitos de daños a bien público, asociación para delinquir y corrupción de menores.
Los líderes de la acción también serán procesados por intento de homicidio, debido a que un guardia del Congreso sufrió heridas de gravedad y está internado en un hospital con edema cerebral y contusión craneana.
Los campesinos, que reivindican mayor celeridad en el proceso de reforma agraria y el cumplimiento de varias promesas hechas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, alegan que tan sólo respondieron a las agresiones de los encargados de la vigilancia de la sede del legislativo.
La invasión comenzó hacia las 15.00 hora local (18.00 GMT) por la puerta de un edificio anexo en donde quedan varias comisiones de la Cámara de Diputados y los campesinos alcanzaron a llegar hasta el Salón Verde, uno de los más importantes de la edificación, en donde se atrincheraron a la espera de una negociación.
A su paso, la tromba destruyó numerosas puertas, ventanas y mesas, arrojó al piso una estatua del fallecido ex diputado Mario Covas y volteó un vehículo que sería sorteado entre los funcionarios de la Cámara de Diputados.
Ante la decisión de Rebelo de negarse a dialogar con los manifestantes y de ordenar su detención, la organización decidió abandonar pacíficamente la sede del Congreso y sus integrantes sólo fueron arrestados cuando ya habían abordado los autobuses en los que habían llegado y en los que se disponían a huir.
La invasión fue calificada en un comunicado por la Presidencia de la República como una "agresión" que ha "herido los principios de la democracia y debe ser tratada con todo el rigor de la ley".
Los partidos de oposición responsabilizaron por los hechos al Gobierno por su supuesta omisión ante los actos violentos de organizaciones campesinas vinculadas formalmente al Partido de los Trabajadores.
