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Madre de Natascha Kampusch relata en libro cómo fueron los días que estuvo sin su hija

En "Años desesperados", Brigitta Sirny-Kampusch relata el "estado de excepción", la "pesadilla" que vivió durante los ocho años y medio en los que Natascha estuvo desaparecida.

07 de Agosto de 2007 | 11:32 | EFE

VIENA.- La madre de Natascha Kampusch, la chica que conmovió al mundo tras escapar de un secuestro de ocho años cerca de Viena, relata su calvario en un libro cuyo título, "Años desesperados", define el tiempo que pasó sin conocer el paradero ni la suerte de su hija.


Brigitta Sirny-Kampusch declaró hoy al presentar el volumen, que lo ha escrito ante todo "para sí", porque le ha ayudado a superar mentalmente los traumas sufridos durante los ocho años y medio en los que su hija estuvo desaparecida, y en los que ella era la única que todavía creía que volvería a encontrarla viva.


La mujer señaló que frecuentemente recibe llamadas de padres cuyos hijos han desaparecido y a los que procura animar para que no pierdan la esperanza.


A la pregunta de cómo mantuvo ella misma la fe, respondió que, cuando quitaba el polvo de la foto de su hija, le hablaba y la acariciaba.


Un portavoz de la editorial Ueberreuter, que publica el relato de Brigitta, reveló que hay mucho interés, incluso en el extranjero, y que su trabajo se edita, simultáneamente a la versión original, en idioma flamenco en Bélgica, país donde a partir de agosto de 1996 el caso Dutroux mantuvo muchos años en suspenso a la opinión pública.


Además, varios periódicos británicos quieren imprimir extractos de la obra, escrita en primera persona y con la ayuda de dos periodistas, Andrea Fehringer y Thomas Köpf, que entrevistaron a la autora en numerosas ocasiones.


De esta primera edición se han lanzado 50.000 ejemplares.


Muchas editoriales del extranjero se han interesado por editar traducciones, en concreto ha habido solicitudes desde Gran Bretaña, España e Italia, subrayó el representante de la editorial Fritz Panzer.


Sirny-Kampusch subrayó que no se trata de un libro de su hija sino suyo propio, desde su perspectiva, en el que relata el "estado de excepción", la "pesadilla", en la que se encontraba y por la que necesitaba atención psicológica, pero no excluyó que Natascha escriba su versión en el futuro.


También revela que recurrió a los servicios de un vidente e hipnotizador, con la esperanza de averiguar así algo sobre el paradero de la chica, que en el momento de su secuestro, el 2 de marzo de 1998, tenía diez años, pero el hombre afirmó que estaba muerta.


Acudió asimismo a una echadora de cartas y a una astróloga, sin resultado alguno.


Finalmente consultó a una vidente que le respondió de modo afirmativo a la pregunta de si la niña estaba aún con vida e incluso le facilitó una descripción vaga del lugar donde estaba presa, el sótano de la casa del secuestrador Wolfgang Priklopil, aunque hablaba de un "pozo".


La mujer recuerda también en su libro los días después de la reaparición de la chica, cuando tuvo que luchar por restablecer el contacto con ella ante los obstáculos que le imponía la policía y por encima de la interferencia de los medios.


Sobre la propia Natascha, que hoy no estuvo presente en la presentación del volumen ante la prensa, Sirny-Kampusch dijo que está de acuerdo con la publicación del libro y que lo ha leído con gran atención antes de que saliera, pidiendo tan sólo algunos "pequeños cambios".


La joven, que ahora tiene 19 años, vive sola en un departamento en Viena, pero se reúne frecuentemente con su madre y sus hermanas, y desde su "renacimiento", el 23 de agosto de 2006, ha procurado volver a llevar una vida normal.


La madre iba a visitarla todos los días algún tiempo, pero ahora, según dijo, quiere dejarle más espacio libre.


Explicó que la muchacha, que durante los años de su cautiverio tan sólo podía escuchar de vez en cuando la radio y leer libros para formarse, estudia para concluir el colegio.


Cuando fue secuestrada, Natascha iba a la escuela elemental, pero en las primeras entrevistas después de su liberación sorprendió por su manera de expresarse, elocuente y culta.

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