BUENOS AIRES.- El obispo católico Martín de Elizalde, de la diócesis a la que pertenece el sacerdote Christian Von Wernich, condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura argentina (1976-1983), pidió hoy perdón y expresó un arrepentimiento.
El prelado prometió resolver a futuro la situación del religioso, que por el momento continúa sin haber sido sancionado por la Iglesia, según un comunicado divulgado hoy.
"Que un sacerdote, por acción o por omisión, estuviera tan lejos de las exigencias de la misión que le fue confiada, nos lleva a pedir perdón, con arrepentimiento sincero", afirmó el obispo de la ciudad de Nueve de Julio, en la provincia de Buenos Aires (centro-este).
El religioso señaló que "oportunamente, se habrá de resolver, conforme a disposiciones del Derecho Canónico, acerca de la situación de Christian Von Wernich", sin mencionar la posibilidad de que se le otorgue alguna sanción eclesiástica.
El ex capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires fue hallado culpable de siete homicidios, 31 casos de torturas y 42 secuestros, según el fallo del tribunal civil que aplicó la primera sentencia por genocidio contra un sacerdote en América Latina.
De Elizalde reiteró también los términos de la autocrítica de las autoridades del culto mayoritario en Argentina sobre su papel durante la dictadura, al expresar que "lamentamos que haya habido en nuestra patria tanta división y tanto odio, que como Iglesia no supimos prevenir ni sanar".
La Iglesia Católica formuló en los últimos años expresiones autocríticas sobre su papel entre 1976 y 1983, con un saldo de 30.000 desaparecidos, pero los organismos de derechos humanos las han considerado insuficientes.
El comunicado se sumó a la nota divulgada ayer por el Episcopado argentino, en la que se expresó que "la Iglesia está conmovida por el dolor que nos causa la participación de un sacerdote en delitos gravísimos según la sentencia del tribunal" que condenó a Von Wernich.
"Rezamos por él (Von Wernich), para que Dios lo asista y le otorgue la gracia que necesita para comprender y reparar el daño ocasionado", señaló De Elizalde.
El obispo instó en que la sociedad argentina "encuentre el camino de la ansiada reconciliación", una expresión recurrente en los documentos eclesiásticos y rechazada por los grupos de derechos humanos y familiares de víctimas de la represión.
