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ONU denuncia lucro de alimentos y pide apoyo para países pobres

Los dichos frente a la actual crisis alimentaria que afecta a cuarenta países.

02 de Mayo de 2008 | 08:58 | EFE

PARÍS.- El relator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, denunció hoy la especulación de productos alimenticios, que está detrás de la actual crisis alimentaria en más de una cuarentena de países, y pidió apoyo para la agricultura en los estados pobres y dependientes del exterior.


De Schutter consideró “inexcusable” la pasividad de la comunidad internacional que durante años no ha hecho caso a los que pedían "que se apoye la agricultura en los países en desarrollo,” en una entrevista publicada hoy por “Le Monde".


"No se ha hecho nada contra la especulación de materias primas" que se vio alimentada por la caída de la bolsa, señaló antes de estimar que la crisis actual muestra los “límites” de la "agricultura industrial".


También arremetió contra el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por haber incitado “a los países más endeudados, en particular en el África subsahariana, a desarrollar cultivos de exportación y a importar los alimentos que consumen" porque “esta liberalización les ha hecho vulnerables a la volatilidad de los precios".


De hecho, consideró que la autorregulación del mercado “no es la solución, sino el problema” teniendo en cuenta que el agrícola no es un mercado elástico ya que la cantidad de tierras cultivables no se puede ampliar “al infinito".


El responsable de Naciones Unidas también se decantó por “una modificación de las reglas de la propiedad intelectual” de “un pequeño número de empresas,” citando a Monsanto, Dow Chemicals y Mosaic, que controlan las patentes de las semillas, los pesticidas o los abonos y cuyos beneficios se disparan.


En cuanto a las subvenciones a la agricultura en los países ricos, consideró el sistema “una vergüenza,” tras recordar que mientras los campesinos miembros de la OCDE reciben 350.000 millones de dólares en ayudas al año, en los países en desarrollo la cifra se limita a 1.000 millones.


No obstante, De Schutter se pronunció por una “supresión gradual" de esas subvenciones, ya que si se hiciera de forma súbita, los países pobres que compran alimentos a los ricos tendrían que pagarlos en principio más caros.


Preguntado por el efecto del crecimiento de la producción de biocombustibles, acusados de tirar al alza el precio de los alimentos, respondió señalando que aunque no aboga por una moratoria en el sentido jurídico, es consciente de que no hay vuelta atrás cuando se ve el peso que tienen en un país como Brasil, hay que poner límites.


"Los objetivos ambiciosos en materia de producción de biocarburantes que se han fijado Estados Unidos y la Unión Europea son irresponsables,” argumentó antes de añadir que dedicar un cuarto de la cosecha de maíz a la fabricación de carburante con apoyo público es “un escándalo, y proponer que se congelen las inversiones en ese sector.


Además, manifestó escepticismo sobre las promesas de los biocombustibles de segunda generación en términos de eficiencia: "hay que consumir menos energía, utilizar menos automóviles y no hacerse ilusiones sobre la capacidad de las nuevas tecnologías de permitirnos mantener nuestro nivel de vida occidental".

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