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Santiago: Viernes 19 de abril del 2024 | Actualizado 15:56
BUENOS AIRES.- La preocupación por la nueva política migratoria europea, el reposicionamiento regional frente a la crisis mundial de alimentos y la energía serán los temas centrales que dominarán la XXXV Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur este martes en la provincia argentina de Tucumán.
La Cumbre del Mercosur se alza como oportunidad de acordar una acción conjunta en contra de la directiva europea que establece que los inmigrantes indocumentados puedan ser retenidos hasta un período máximo de 18 meses mientras se tramita su repatriación, ante los riesgos que podrían correr los emigrantes sudamericanos.
El bloque se encuentra además frente a una oportunidad única para posicionarse como fuente de alimentos. Pero para ello debe delinear primero una política de seguridad alimentaria para la región que le permita alcanzar un equilibrio y desde allí erigirse como una potencia exportadora frente a la gran demanda internacional.
Por ello, la reunión semestral que tendrá lugar en la ciudad de San Miguel de Tucumán, ubicada a unos 1.200 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, representa una ocasión especial para los países miembro del Mercosur, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, Venezuela, que tramita su adhesión plena, junto a los países asociados Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
Cristina Fernández de Kirchner será la anfitriona del encuentro, al que ya confirmaron su presencia los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; Paraguay, Nicanor Duarte Frutos; Uruguay, Tabaré Vázquez; Venezuela, Hugo Chávez; Chile, Michelle Bachelet; Bolivia, Evo Morales; y Ecuador, Rafael Correa. México estará representado por la canciller Patricia Espinosa.
También asistirán representantes de los restantes países asociados, Jordania, Turquía, la Unión Aduanera de África del Sur (SACU, por sus siglas en inglés) y entidades regionales y financieras.
El bloque del Cono Sur lidia aún con asimetrías y diferencias internas mientras busca nuevos horizontes comerciales ante el estancamiento de las negociaciones de una zona de libre comercio con la Unión Europea.
El Mercosur endureció su exigencia de acceso a los mercados agrícolas europeos, favorecido por el contexto internacional de demanda de alimentos, mientras la UE advirtió que no moverá ninguna pieza hasta que el bloque sudamericano no abra sus sectores de servicios y bienes industriales.
Frente a este escenario, avanzará en esta cumbre en la firma de un acuerdo de reducciones arancelarias para unos mil productos con la SACU, integrada por Sudáfrica, Botswana, Lesoto, Namibia y Suazilandia, con la meta de rubricar en un futuro un ambicioso tratado de libre comercio trilateral que incluya a India.
El Mercosur suscribió en tanto un acuerdo de comercio de servicios con Chile, nación con la que sólo tenía hasta ahora un acuerdo de libre intercambio de casi el ciento por ciento de los bienes, al tiempo que explora acuerdos con Centroamérica y México analiza cómo compatibilizar su pertenencia al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con una membresía plena al bloque del Cono Sur.
La energía ocupará también un lugar central en las conversaciones en Tucumán, en las que Bolivia renegocia las cuotas de gas que vende a Argentina, país que a su vez enfrenta problemas para abastecer a Chile, mientras Paraguay y Brasil debaten el precio que se debe pagar por la generación eléctrica de la represa Itaipú. Lula traerá también a la mesa el tema de los biocombustibles.
La cumbre estará también dominada por las cuestiones bilaterales y el objetivo de fortalecer la unión sudamericana, ya que estarán presentes en Tucumán casi todos los países del subcontinente.
