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ETA cumple 40 años de actividad terrorista

El primer asesinato cuya planificación y ejecución se le atribuye fue la muerte del policía Melitón Manzanas, en la localidad vasca de Irún, en 1968.

01 de Agosto de 2008 | 06:18 | EFE

MADRID.- Cuarenta años después del primer asesinato, cuyo aniversario se cumple mañana sábado, la organización terrorista ETA, aunque debilitada, mantiene su actividad armada, en la que causó la muerte de 856 personas, la última el pasado mes de mayo.


El primer asesinato cuya planificación y ejecución se le atribuye fue la muerte del policía Melitón Manzanas, en la localidad vasca de Irún, junto a la frontera con Francia, el 2 de agosto de 1968, en la última etapa del franquismo.


Desde entonces, 856 personas perdieron la vida a causa de la actividad de esa organización que busca por las armas la independencia del País Vasco de España.


Una gran parte de los asesinados eran miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (policías, militares, guardias civiles), pero también políticos, jueces, periodistas, empresarios y ciudadanos alcanzados por atentados indiscriminados con coche bomba.


Su primera víctima, Melitón Manzanas, de 59 años, era un inspector de policía franquista. Tres etarras le esperaron a la puerta de su casa en Irún y le mataron a tiros.


La última fue el agente de la Guardia Civil Juan Manuel Piñuel, de 41 años, que perdió la vida el pasado 14 de mayo al explotar una furgoneta-bomba en el cuartel de Legutiano, en la provincia vasca de Álava, donde prestaba servicio.


En estos cuarenta años de historia, han sido numerosos los miembros de la organización terrorista detenidos y encarcelados, hasta alcanzar en la actualidad la cifra de unos 500 en prisiones españolas, y de alrededor de 150 en Francia.


La banda reanudó su actividad tras anunciar el 5 de junio de 2007 la ruptura de la última tregua que había declarado en marzo de 2006, rota de hecho con un atentado, el 30 de diciembre de ese año, en la recién inaugurada "Terminal 4" del madrileño aeropuerto de Barajas que causó la muerte a dos ecuatorianos, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.


Durante los catorce meses que duró el alto el fuego se produjo un intento por parte del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de encontrar un fin dialogado a la violencia etarra, que fracasó al plantear la banda reclamaciones de carácter político.


Ese proceso de negociación produjo una enorme tensión política en España al oponerse frontalmente el conservador Partido Popular (PP), que acusó a Zapatero de debilidad frente a ETA y su entorno independentista.


Esa no fue la primera tregua declarada. Anteriormente, la organización terrorista anunció otra en septiembre de 1998, durante el primer Gobierno del PP, con José María Aznar al frente del Ejecutivo.


Entonces, el tibio intento de diálogo no prosperó y ETA reanudó de nuevo la actividad terrorista en noviembre de 1999.


Años atrás hubo otros intentos, el primero en 1982, cuando una de las ramas de la organización, la llamada ETA político-militar, abandonó la lucha armada tras una negociación con el Gobierno de entonces dirigido por una formación de centro ya desaparecida (Unión de Centro Democrático).


El cuarenta aniversario del comienzo de su actividad, se produce en un momento en el que la banda, según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, está debilitada, y sufrió un importante revés con la desarticulación del llamado "comando o complejo Vizcaya", su grupo más activo, al que se considera responsable de la mayor parte de sus últimas acciones.


Según se desprende de las declaraciones de los miembros del grupo detenidos y encarcelados, ETA planeaba una campaña de atentados contra hoteles, centros comerciales y de ocio en la turística región de Andalucía, ordenada por el que se considera el jefe de los comandos de la organización Garikoitz Aspiazu, "Txeroki".


Además, el grupo desarticulado tenía entre sus objetivos a un juez de la Audiencia Nacional -el tribunal que juzga los delitos de terrorismo-, a un senador del opositor Partido Popular, a la Policía autonómica vasca y sedes de los dos principales partidos.


Pese a la detención del "núcleo central" de ese comando, las fuerzas de seguridad consideran que ETA podría tener más infraestructura y apoyos, ya que al menos dos de sus miembros están huidos, el "número dos" Jurdan Martitegi, y Asier Borrero.


Y aunque creen que la banda, debido a la fuerte presión policial y a la estrecha colaboración con Francia, está más aislada y debilitada que nunca, advierten también de que todavía "puede hacernos mucho daño", en palabras de Rubalcaba.

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