La Comisión Internacional de Juristas (CIJ) manifestó su apoyo al magistrado.
AFPMADRID.- El juez Baltasar Garzón se negó hoy a contestar a sus acusadores, en su declaración ante el Tribunal Supremo español por la querella en su contra por su investigación sobre las desapariciones durante la Guerra Civil española (1936-1939) y los primeros años del franquismo.
El magistrado de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, se negó a contestar a las preguntas del abogado del sindicato "Manos Limpias", autor de la querella contra el magistrado por "prevaricación" (dictar una resolución injusta, a sabiendas de que lo es, ndlr), informaron fuentes judiciales.
El sindicato querellante, calificado de ultraderechista por los medios españoles, considera que Garzón se declaró competente para investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo sabiendo que no lo era.
Arropado por los gritos de ánimo de miembros de asociaciones para la recuperación de la memoria histórica, el juez español llegó alrededor de las 12:15 horas locales (10:15 horas GMT) al Tribunal Supremo.
Garzón "es el único juez valiente que ha sacado a la luz lo que mucha gente sabía, pero callaba", afirmó a la entrada del tribunal, Pedro Vicente Romero, nieto de un fusilado y miembro de la asociación memoria viva.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), a cuya iniciativa se debe la apertura de varias fosas de represaliados de la guerra civil y la posterior etapa franquista, lamentó en un comunicado que "el juez Garzón sea encausado por cumplir su deber".
"Es incomprensible que el juez Garzón preste declaración ante un tribunal y jamás lo haya hecho ninguno de los miles de torturadores, asesinos y delatores del franquismo", afirmó el comunicado, que añade que "la Justicia española ha prevaricado durante años incumpliendo su deber de investigar los crímenes de la dictadura franquista".
Ayer, la Comisión Internacional de Juristas (CIJ) también expresó su apoyo al juez Garzón y "condenó" la acusación contra el magistrado.
Garzón declaró durante más de tres horas y media ante el juez Luciano Varela, rechazando contestar al abogado de "Manos limpias" y respondiendo sólo al fiscal, a su abogado y al instructor del sumario, según las mismas fuentes.
El magistrado abandonó el Tribunal Supremo sin hacer declaraciones ni contestar a los periodistas a primera hora de la tarde.
Garzón tuvo que comparecer ante el Supremo, después que éste rechazara su recurso contra la querella y decidiera seguir con la instrucción del caso, pese a la oposición de la fiscalía.
En octubre de 2008, Garzón decidió investigar la suerte de más de 114.000 desaparecidos durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo, y autorizó la apertura de 25 fosas comunes donde se cree están enterradas víctimas del bando perdedor de la Guerra Civil y represaliados.
Garzón alegó que el delito de "detención ilegal, sin dar razón del paradero, en el contexto de crímenes contra la humanidad" es "permanente".
Pero la Fiscalía se oponía a esta investigación de Garzón -que habría sido la primera sobre esa etapa en España-, amparándose en una Ley de Amnistía española de 1977 por la cual prescribían los delitos de esa época.
Un mes después, Garzón renunció a la investigación y trasladó la causa a los juzgados territoriales en los que se encuentran las fosas que había autorizado a abrir.
Posteriormente, la Audiencia Nacional decidió que el juez no era competente para llevar a cabo esas pesquisas al haber muerto los supuestos autores de las desapariciones 70 años después, entre ellos Franco.
