PESHAWAR, Pakistán.- Un atacante suicida activó su carga explosiva en un funeral al que asistían milicianos antitalibanes el miércoles en el noroeste de Pakistán, y mató a por lo menos 34 personas y dejando a otras 42 heridas, dijeron funcionarios policiales.
La explosión tuvo lugar en la ciudad de Peshawar, no muy lejos de las regiones tribales situadas en la frontera con Afganistán consideradas bastión de los milicianos talibanes y de Al Qaeda.
El área está habitada por varios ejércitos tribales que combate a los talibanes y reciben ayuda del gobierno por hacerlo.
Al igual que en otros lugares del noroeste, los milicianos han sido atacados sin clemencia por los insurgentes.
El jefe policial Zahid Khan dijo que unas 300 personas asistían al funeral de la esposa de un miliciano en el área de Matani cuando se produjo la explosión.
Imágenes de televisión mostraban hombres recogiendo zandalias y sombreros cubiertos de sangre de un polvoriento lugar, abierto donde los dolientes se habían congregado.
Los milicianos talibanes y de Al Qaeda libran una cruenta guerra contra el estado paquistaní desde sus bases del noroeste.
El ejército ha lanzado varias ofensivas contra los insurgentes, pero también ha alentado la formación de ejércitos privados para ayudar en la pelea.
Mientras que la concesión de autoridad a los civiles armados ha alarmado a los grupos de derechos humanos, el estado ha elogiado el papel de los milicianos en el combate a los insurgentes o a retener el control de las tierras que han sido recuperadas por ellos.
La policía de Peshawar dijo el año pasado que los ejércitos de Matani son esenciales para detener la infiltración insurgente hacia la ciudad.
El martes, por lo menos 20 personas murieron y más de 10 quedaron heridos al estallar un coche bomba en la provincia de Punjab.
