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Relato de una sobreviviente a terremoto en Sendai: "Dejé mi vida allá"

Techy Alemán pasó la primera noche tras el megasismo en su casa, luego en un refugio y finalmente en el centro de la prefectura de Sendai. El día que ya no les repartieron agua, decidió que tenía que salir de ahí.

16 de Marzo de 2011 | 14:12 | Por Pilar Lagos, Emol

SANTIAGO.- Ese no era un día cualquiera. Techy Alemán (31), de nacionalidad hondureña, estaba en la universidad celebrando junto a sus compañeros el fin del curso de capacitación para maestros de la Universidad de Miyagi Kyoiku, en la prefectura de Miyagi.


Todos se estaban sacando fotos cuando comenzó a temblar. "Al principio creíamos que eran uno de los normales, pero no se detenía", cuenta a Emol vía Skype. "Hubo una breve pausa de tres segundos, y luego tembló más fuerte. Nos empezamos a preocupar", añade.


Los evacuaron del tercer piso y los reunieron en el campus de la universidad. "Estábamos muy cerca del epicentro" y agrega: "Primero nos dijeron que había sido de 7,9, luego nos dimos cuenta que fue de 8,9 y ahora sabemos que fue de 9.0".


Junto a Miho Ito, su amiga japonesa, dejaron las instalaciones universitarias y se dirigieron a la estación de Sendai, aunque llegar no fue fácil. "Hacía bastante frío, comenzó a nevar". Habían cerrado una de las calles debido a que hubo una explosión en uno de los laboratorios. Cuando finalmente llegaron a la estación, Miho tuvo acceso a internet y se enteró que había una alerta de tsunami. Se tuvieron que separar ya que Miho vivía cerca de la zona costera.


Techy regresó a su apartamento de madera en Kitayama. Caminó una hora para llegar. "Los negocios estaban cerrados, no había luz, los autos estaban pasando bastante rápido. Incluso, hubo personas que fueron atropelladas porque la gente caminaba en medio de los autos. A un señor lo levantaron (del suelo), pero me fijé que sí estaba consciente", relata.


Una vez en su casa, intentó comunicarse con su familia y descansar un poco, mas no pudo. "Nunca se detuvo, siempre estuvo temblando. Cada vez que sentía que se detenía, cerraba los ojos, pero luego volvía a temblar". Como a las dos y media de la mañana recibió una llamada de Honduras. Era su familia.


Techy logró ponerse en contacto con una amiga de Túnez, que se encontraba en un refugio. "Me fui con lo que tenía puesto, me puse los tenis (zapatillas) y salí. Llevaba una mochila con mis documentos y un poco de comida", cuenta.


Estuvo en el refugio hasta el sábado, y luego se trasladaron a la prefectura donde les daban comida. "Había que hacer fila para que nos llenaran los botes con agua. Nos daban un poco de arroz y galletas", añade.


Sin embargo, al día siguiente ya no les dieron agua. "Salimos con mi amiga a buscar algo de comida. Dejaban entrar a las personas al Lawson (mini market) de a tres. Para cuando nosotras entrábamos ya no quedaba mucha comida. Allí nos dimos cuenta que nos teníamos que ir".


Dentro de la tempestad, "la gente estaba súper calmada, no hubo saqueos. Incluso algunos puestos comerciales quedaron abiertos, y la gente seguía haciendo fila para entrar".


Intento de evacuación


Salir de Sendai era el objetivo. Cómo lo iba lograr era la gran incógnita. El novio alemán de su amiga de Túnez había escuchado que estaban evacuando a sus compatriotas. Él les dijo que fueran juntos para ver si había cupo para ellas, aunque no tuvieron mucha suerte. "Nos dijeron que nos querían ayudar, pero no podían porque la prioridad eran los alemanes y que nos pusiéramos en contacto con nuestras embajadas", dice Techy con su voz tenue.


Luego, los alemanes le dijeron que si la embajada de Honduras pedía que la evacuaran a ella en un bus, sí la podían llevar. La voz se corrió y más extranjeros llegaron a pedir ayuda. Finalmente, la embajada de Alemania puso a disposición tres buses y ayudaron a evacuar a brasileños, noruegos y personas de otras nacionalidades.


Techy decidió llamar a su país para que le hicieran el contacto desde allá. Fue a una cabina para hacer una llamada internacional. "Cuando salí de la cabina mi piel estaba súper caliente. Me estaban ardiendo (la cara) y los ojos. Aún cuando salí y estaba fresco, mi piel seguía caliente". Techy compara ese ardor como cuando  alguien se quema con hielo seco. "Es como que entra hasta en los huesos", dice tratando de explicar lo que sintió en ese momento.


Tras varios intentos, finalmente logró comunicarse con la embajadora de Honduras. Techy les explicó su situación y horas después recibió respuesta. "Me avisaron que mi nombre sí estaba en la lista (de evacuados)", afirma.


Regresó a su departamento, tomó las cosas más importantes y todo lo demás lo dejó. Salió de Sendai a las 21:20 del lunes y a las 03:00 del día siguiente llegó a Tokio. El jueves 17 retornará a Honduras, aunque no puede evitar sentir melancolía.


"Mi amor es Sendai. Dejé toda mi vida allá", dijo al despedirse.

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