SÍDNEY.- La policía australiana sorprendió este jueves a un niño de siete años conduciendo un automóvil ya que su padre estaba demasiado ebrio para regresar a su casa, informaron medios locales.
Los agentes detuvieron el vehículo a las tres de la madrugada por circular sin las luces encendidas por la zona turística de Surfers Paradise, en el noreste del país, cuando se dieron cuenta que quien estaba frente al volante era un menor.
El padre, que estaba borracho sentado en el asiento del copiloto, fue sometido a una prueba de alcoholemia en la que triplicó el nivel permitido.
El hombre, de 41 años, ya tenía acusaciones previas por manejar de forma peligrosa un vehículo motorizado.
En esta oportunidad, además, sumó cargos por custodiar a un menor bajo los efectos del alcohol. En tanto, el cuidado del niño fue otorgado transitoriamente a unos familiares.