TÚNEZ.- El Ministerio de Interior tunecino confirmó hoy el asesinato del político opositor Mohamed Brahmi y aseguró que las fuerzas de seguridad están llevando a cabo las medidas necesarias para indagar el hecho.
"Mohamed Brahmi, diputado de la Asamblea Nacional Constituyente recibió varios disparos enfrente de su casa en Ariana que provocaron su muerte" aseguró la secretaría de Estado en un breve comunicado en el que calificó al político fallecido como un "mártir".
Brahmi renunció a su cargo como secretario general de la agrupación de izquierdas Movimiento del Pueblo hace tres días para unirse a la plataforma Frente Popular dirigida por Hama Hamami, después de que la dirección de su partido rechazara unirse a las filas del Frente Popular.
Según informaron fuentes políticas, el dirigente recibió once balazos frente a su casa situado en un barrio de Túnez que se encuentra en la provincia de Ariana.
El principal partido gubernamental tunecino, el islamista Al Nahda, condenó el suceso y lo calificó de "crimen atroz y cobarde".
En un comunicado firmado por el líder del movimiento, Rachid Ganuchi, la agrupación aseguró que el crimen "es un nuevo intento de golpear la seguridad del país y empujarlo a la violencia".
En la nota, el movimiento subrayó que la muerte de Brahmi coincide con un momento en el que la situación política está experimentando un avance con la elección de los órganos para las reformas políticas y la preparación del borrador de la constitución.
El partido, además de instar a las fuerzas de seguridad y a la justicia a que actúen con celeridad, llamó a los tunecinos a la contención y a que mantengan la unidad nacional.
El movimiento Nahda "llama a todos los tunecinos a mantener la unidad nacional y la solidaridad y a contenerse para no dar ninguna oportunidad a los criminales que quieren sabotear nuestra experiencia y golpear nuestra convivencia".
Este es el segundo político opositor asesinado en Túnez, tras la muerte del dirigente de izquierdas Chukri Bel Aid el pasado 6 de febrero.
La muerte de Bel Aid provocó una ola de protestas en todo el país que forzó la dimisión del entonces primer ministro y miembro de Al Nahda, Hamadi Yabali, y la formación de un nuevo Ejecutivo a cuya cabeza fue designado Ali Laridi, también de Al Nahda.
