WASHINGTON.- Ariel Castro, quien se declaró culpable de violar, maltratar y secuestrar durante una década a tres mujeres de Cleveland, Estados Unidos, señaló hoy que no es "un monstruo" y que está "enfermo", durante la audiencia en la que se conocerá su sentencia.
"Creo que yo soy también una víctima", sostuvo Castro, de origen puertorriqueño, vestido con un especie de overol naranja y con una prominente barba.
El imputado sorprendió además a los presentes cuando manifestó que "quiero hacerles saber que en el interior de esa vivienda hubo armonía" y que "había felicidad".
Castro, que puede ser condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, relató que sufrió abusos sexuales cuando era joven y habló también de su adicción a la pornografía.