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Obama vuelve a enfrentar un escenario complicado durante sus vacaciones de agosto

La crisis en Egipto cortó los días libres del Presidente de Estados Unidos, un hecho que le había ocurrido a varios de sus antecesores.

16 de Agosto de 2013 | 17:19 | Reuters
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Obama en sus vacaciones disfruta de un paseo en bicicleta.

Reuters

EDGARTOWN.- Agosto suele interferir con las vacaciones de los presidentes de Estados Unidos. Pregunten a Barack Obama. O a Bill Clinton. O a cualquiera de los presidentes Bush.

Obama, decidido hacer una paréntesis de una semana en un demoledora agenda, interrumpió brevemente su agenda el jueves para condenar la matanza de cientos de personas en un violeta represión contra los manifestantes por parte del gobierno militar de Egipto.

Pero arriesgándose a una nueva ola de críticas, Obama rápidamente fue a jugar al golf después del comunicado de la mañana.

El viernes, después de ser informado sobre Egipto por su asesora de seguridad Nacional, Susan Rice, se fue a andar en bicicleta con su esposa Michelle y sus dos hijas.

¿El mensaje? No será rehén de los acontecimientos mundiales.

Es una máxima del poder presidencial que el comandante en jefe en realidad nunca está fuera de servicio. Los códigos de lanzamiento nuclear que lleva el asistente militar están siempre a su alcance. Y la tecnología permite al presidente trabajar en cualquier sitio.

Pero cuando intervienen los acontecimientos mundiales, los presidentes deben trazar una cuidadosa línea. Deben parecer confiados, comprometidos y receptivos, y no abrumados por las crisis.

Y agosto no siempre es amable con el presidente. George W. Bush dio el tipo de imagen que los presidentes intentan evitar cuando, en agosto de 2002 mientras estaba de vacaciones en Kennebunkport, en el estado de Maine, optó por reaccionar a un atentando suicida en Israel desde la primera área de tee en el campo de golf de Cabo Arundel.

"Pido a todas las naciones hacer todo lo que les sea posible para detener a estos terroristas asesinos. Gracias. Ahora, miren este swing", dijo Bush, que prosiguió con su juego.

La imagen no ayudó al presidente que sólo unos meses antes había sido aplaudido por su respuesta a los ataques del 11 de septiembre de 2011, pero perdió apoyo cuando la guerra de Irak se volvió impopular tras la invasión de 2003.

Con tropas en situación de riesgo, evitó jugar golf y optó por el ciclismo de montaña.

Su padre, el presidente George H. W. Bush, viajó fielmente a su casa frente al océano en Walker's Point,, en Kennebunkport, donde también enfrentó problemas vacacionales casi todos los agostos entre 1989 y 1993.

"¿Qué es lo que pasa con agosto?", preguntó una vez a los periodistas.

Abordo de su barco frente a Walker's Point, Bush trabajó en un plan de guerra para repeler la invasión de Irak a Kuwait de agosto de 1990 y ajustó la política estadounidense para un "nuevo orden mundial" mientras pescaba con Brent Scowcroft, su asesor de seguridad nacional.

Ser capaz de dar buenas noticias a los estadounidenses ayuda a los presidentes de vacaciones a evitar una mala imagen.

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