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Ayotzinapa a siete meses de la desaparición de los estudiantes

El movimiento social pierde fuerza en las calles. Familiares exigen al gobierno de Enrique Peña Nieto buscar y castigar a los culpables.

26 de Abril de 2015 | 17:47 | AFP

MEXICO.- Este domingo se cumplen siete meses de la desaparición de los 43 estudiantes mexicanos de Ayotzinapa, los familiares luchan por mantener la presión sobre el gobierno para  contuniar con su  busqueda  pese a que el apoyo en las calles ha disminuido.


El ataque de policías de Iguala en la localidad de Guerrero, contra los jóvenes la noche del 26 de septiembre estremeció dentro y fuera de México y generó una ola de protestas en el marco de la llamada "guerra contra el narcotráfico".


Los familiares encabezaron importantes movilizaciones en Guerrero y, cada 26, se han desplazado a la capital, donde miles de personas copaban las calles para exigir al gobierno de Enrique Peña Nieto que buscara a los jóvenes y castigara a los culpables.


Este domingo, los familiares, que también han llevado sus protestas a Estados Unidos y Europa, convocaron en la capital maxicana a una jornada artística y cultural llamada "Voces por Ayotzinapa", en la que habrá defensores de derechos humanos música, danza y poesía.


"Es natural que un movimiento con esa intensidad, conforme va pasando el tiempo, se vaya agotando, debilitando. Tuvo su momento álgido y la gente se empieza a cansar", explica el analista político José Antonio Crespo, del  Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).


Para la investigadora Layda Negrete, uno de los factores que debilitó la protesta es que no se identificó un "siguiente paso que sea razonable y lograble".


"Esa falta de claridad en términos de las metas a corto, mediano y largo plazo es lo que hace muy difícil el movimiento", señala la coproductora del premiado documental "Presunto culpable", que exhibió los graves problemas de justicia en México.



Distanciados del gobierno


Los familiares de los jóvenes que se formaban para ser maestros rurales, siguen sin creer en la investigación que sigue la fiscalía y que concluyó que los jóvenes fueron entregados por la policía de Iguala a narcotraficantes, que fueron incinerados arrojando sus cenizas lanzadas a un río.


Hasta ahora sólo se ha podido determinar científicamente la muerte de uno de los 43 estudiantes, por lo que Amnistía Internacional y Human Rights Watch consideraron precipitadas las conclusiones del fiscal.


Los padres acusan al gobierno de querer dar carpetazo al caso e intentar que quede en el olvido.

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