BUENOS AIRES.- Una fuerte polémica sobre un proyecto para consagrar por ley los matrimonios homosexuales se desató en medio de los festejos por el 196 aniversario de la independencia argentina, cinco días antes de una crucial votación en el Senado, que se presenta muy cerrada.
"La unión en pareja de personas del mismo sexo es naturalmente distinta a la unión de una pareja heterosexual a la que llamamos matrimonio", dijo un alto dignatario de la Iglesia Católica, Luis Villalba, en el tedeum central oficiado en la provincia de Tucumán (norte) como parte de los actos de la independencia.
La influyente Iglesia católica, culto mayoritario en Argentina, ha lanzado una ofensiva contra el proyecto, que fue aprobado en primera instancia por la Cámara de Diputados, aunque se estima que la votación será muy reñida en el Senado.
"Está en juego una ley que pretende orientar la cultura del pueblo", advirtió Villalba, vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Argentina.
La iniciativa a favor de los casamientos entre homosexuales que impulsan el oficialismo y organizaciones civiles recibió un revés el martes pasado cuando una comisión del Senado aprobó un proyecto de unión civil para parejas del mismo sexo.
Nueve de los quince integrantes de la comisión rechazaron el texto del proyecto aprobado por los diputados y votaron a favor de la "unión civil" que no da el derecho de una pareja homosexual a adoptar.
La Presidenta Cristina Fernández, quien apoya ley de matrimonios gays, dijo hoy en Tucumán que cuando el oficialismo fue mayoría en el Congreso "nunca sacó una ley contra las minorías".
La Mandataria no asistió a la homilía central al parecer porque estaba en conocimiento de que el obispo Villalba criticaría la iniciativa, según la prensa.
El proyecto generó un fuerte debate en la sociedad y en las últimas semanas se sucedieron marchas, pronunciamientos, debates y recitales a favor y en contra en todo el país.
La polémica abarcó el jueves al ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), esposo de la mandataria, y al máximo dignatario católico de Argentina, el cardenal Jorge Bergoglio.
El prelado pidió "no ser ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva del plan de Dios (...). Es una movida (iniciativa) del padre de la mentira".
"Cuando se tiene que presionar es porque se tienen muy pocos elementos para convencer (...) El país debe dejar las visiones discriminatorias", replicó Néstor Kirchner, diputado y secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).