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Comenzó la "Potter" manía

Con una amplia gama de juguetes, todo tipo de golosinas, gafas, ropa y hasta escobas para los que deseen probar si tienen suerte en el juego de "quiddich", comenzó la fiebre de este niño "mago" que ha revolucionado la literatura infantil.

14 de Noviembre de 2001 | 17:18 | EFE
LOS ANGELES.- Un rayo en la frente, unas gafas redondas y una bufanda a rayas grana y oro, los colores de Gryffindor, son los síntomas más claros de que el fenómeno "Harry Potter" ha llegado a nuestras puertas.

En vísperas del estreno más esperado del año, "Harry Potter and the Sorcerer’s Stone", este mago de 11 años nacido en la imaginación de J.K.Rowling ya es parte de la vida cotidiana, presente en librerías -donde sus aventuras han vendido más de 125 millones de ejemplares-, jugueterías, tiendas de ropa o supermercados.

Se trata de un fenómeno difícil de explicar incluso para la autora, que sigue sin entender cuál ha sido la fascinación del público por unos libros que escribió para superar la soledad en la que la había sumido la muerte de su madre y un matrimonio impulsivo que acabó en divorcio al nacer su hija.

Sea cual sea la razón que ha llevado a estos libros a ser traducidos a 47 idiomas, incluido el zulú, y que motivará el estreno de la película en setenta países, el caso es que se ha cumplido la profecía escrita en las páginas del primer capítulo del libro: "Todos los niños de nuestro mundo conocerán su nombre".

"Creo que el filme tiene potencial para ser la película más taquillera de todos los tiempos", asegura Mitch Rubenstein, del servicio de venta de entradas por anticipado Movietickets.com.

Es una opinión ampliamente compartida y que ha poblado el mercado de todo tipo de productos imaginables bajo el sello "Harry Potter".

Los estudios Warner han querido llevar una política de "menos es más" en su campaña publicitaria, siguiendo además los deseos de la autora a la hora de preservar el espíritu de sus libros.

Sin embargo, un vistazo a cualquier tipo de comercio sólo parece decir "más es más", con una amplia gama de juguetes diseñada por Mattel, todo tipo de golosinas, gafas, ropa y hasta escobas para los que deseen probar si tienen suerte en el juego de "quiddich", especie de baloncesto para magos en sus monturas voladoras.

Según las cifras facilitadas antes del estreno de esta cinta, en el Reino Unido se espera que las familias británicas gasten sesenta millones de dólares de aquí a Navidades en productos con el sello de "Harry Potter".

La cifra será aún más alta en Estados Unidos, donde la franquicia ha sido comparada con la de la saga de "Star Wars", películas que demostraron en la década de los 80 que la unión entre Hollywood y el mundo de los juguetes puede ser muy lucrativa.

Por el momento el juguete más vendido es el laboratorio de pócimas, que permite a los niños mezclar brebajes que pueden beber, además de los conjuntos de Lego con los que construir la escuela de magia de Hogawrts a la que asiste Potter.

La oferta da para toda la familia y junto con la bufanda o la cartera de escuela están los alfileres de corbata o los gemelos, con la "H" de Hogawrts, además de los caramelos de todos los sabores, incluidos polvo o vómito, según dice el anuncio de futuros gustos más bien salidos de las páginas del libro que de la realidad.

También está la aparición en el mercado del videojuego de "Harry Potter", a la venta el mismo día que se estrena la película, el próximo 16 de noviembre.

A pesar de la asegurada bonanza, algunos comentaristas prefieren mirar este fenómeno con cautela, dados los previos desencantos mercantiles con películas que fueron un éxito pero no lograron vender todos sus objetos derivados.

De hecho, el propio "Harry Potter" no consiguió cumplir las expectativas comerciales el pasado año y pese a los millones de libros vendidos, éstos no se vieron acompañados de juguetes.

Como indicó a la prensa Melissa Williams, de la industria juguetera, el fracaso se pudo deber a que "los niños que leen libros de setecientas páginas no son los mismos que ves jugando con juguetes".

El estreno de la película puede abrir estos horizontes, atrayendo hacia los productos a aquellos niños demasiado pequeños para leer o demasiado vagos para la lectura y más amantes del juego.

Además están sus padres, que a juzgar por la cantidad de entradas que se han vendido anticipadamente en las cerca de 4.000 pantallas que la ponen en EE.UU., esperan convertir el estreno en un acontecimiento familiar porque, dicen, esta película será un clásico al estilo de "El mago de Oz".
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