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Exponen por primera vez en Europa estatuas budistas chinas

En los cincuenta años - entre 520 y 577- en que se crearon las esculturas, que coinciden con la dinastía Qi, el arte budista de China sufrió una profunda transformación: las figuras más antiguas tienen un aspecto severo y monumental.

08 de Enero de 2002 | 07:24 | EFE
ZURICH, Suiza.- Un grupo de extraordinarias estatuas budistas chinas del siglo VI después de Cristo descubiertas en 1996 en la península de Shandong, podrán ser admiradas por primera vez en Europa en el museo Rietberg, de Zurich.

En el transcurso de los trabajos de construcción de un nuevo estadio deportivo en la localidad de Qingzhou, se descubrieron 320 estatuas budistas.

Las esculturas, realizadas en piedra calcárea extraída de las canteras locales, datan de una época en la que Qinzhou era aún el centro político y religioso de esa región costera.

Estaban sepultadas en una fosa de nueve por siete metros, a sólo metro y medio de profundidad, donde las habían guardado cuidadosamente envueltas en esteras de juncos.

Se ignora por qué las figuras fueron destruidas en determinado momento - ¿se trató de un terremoto, de un incendio o bien fueron víctimas de iconoclastas?-, pero lo cierto es que en el siglo XII se decidió su enterramiento en un acto de devoción religiosa.

Muchas de esas figuras de culto han conservado los colores originales, pues, al igual que las estatuas griegas y romanas, las esculturas budistas eran policromadas.

En el siglo VI, el budismo era en China todavía una religión muy joven, y esa comunidad de creyentes se vio potenciada al principio gracias a una serie de monasterios a lo largo de la llamada ruta de la seda, pero también en las cortes imperiales de la China septentrional.

Pronto, sin embargo, el budismo iba a extenderse por toda China, y las figuras de Ginzhou pueden considerarse justamente como muestras del carácter popular que adquirió esa religión.

En los cincuenta años - entre 520 y 577- en que se crearon las esculturas, que coinciden con la dinastía Qi, el arte budista de China sufrió una profunda transformación: las figuras más antiguas tienen un aspecto severo y monumental.

En las más recientes, los artistas, influidos sin duda por el arte indio, acentuaron las formas del cuerpo de Buda o Bodhisatva y consiguieron que las túnicas se adaptasen al mismo como si se tratase de seda mojada.

El museo de Zurich expone desde el 13 de enero hasta el 1 de abril treinta y tres de las más bellas estatuas del grupo de las trescientas descubiertas por los arqueólogos y que pertenecieron, según se cree, al "Templo del vuelo del dragón".
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