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Habemus Mariah 12/12/2002

12 de Diciembre de 2002 | 00:00 |
La vida te da sorpresas y a Mariah Carey le ha dado varias. No muy buenas últimamente, tras fracasos comerciales, enfermedades y rumores. Pero la famosa diva del pop está de regreso para sacar la voz. "Charmbracelet" se llama su nuevo disco y la esperanza de renacer como la estrella de antes.

Pablo Márquez F., desde Río de Janeiro, Brasil.
(12/12/2002)


Es cerca de la medianoche en Río de Janeiro y el aire que se respira en Nuth, uno de los más exclusivos clubes nocturnos de la ciudad, cada vez es más intenso. La música electrónica suena fuerte desde la caseta del dj, famosos actores de teleseries se confunden con los rostros menos conocidos de la noche y en la puerta son unos calvos y gruesos guardias vestidos de traje negro los que flanquean la entrada. Todos quieren un lugar y para quienes ya lo consiguieron la espera se está haciendo eterna.

Hasta que, de pronto, cambia la música. Tensión dramática. Una de las canciones de "Charmbracelet", el nuevo álbum de la anfitriona de la noche, se toma los parlantes y empiezan las carreras hacia la puerta. Todos quieren ver llegar a la estrella y la estrella quiere que la vean. Una lluvia de papeles plateados cae del cielo apenas Mariah Carey, vestida en tonos blancos, pone un pie en su palacio. Saludos y besos al aire. Empujones y gritos desesperados por walkie talkies. La estrella se ve, esa es la idea, pero no se toca.

Ya es jueves de madrugada y los invitados al salón VIP, barra y buffet libre, tampoco tienen más suerte. Con su sonrisa eterna, pantalones ajustados y un escote siempre generoso, una de las cantantes más famosas del mundo atraviesa sin detenerse en el acordonado recinto y se recluye de inmediato en una mesa alejada de los curiosos en un piso superior.

Mariah está cansada, lo dijo antes. Los tres días de promoción en Río, que recién terminan, han sido agotadores. Es el lugar escogido para presentarle al mundo latino el disco con el que pretende retomar el camino. Renacer, después de un par de fracasos y de otros tantos problemas.


"Sí, en cierto sentido estoy de acuerdo con lo que dices. Renacer. También en otros momentos de mi vida lo he pensado, como cuando grabé "Butterfly" (1997) y eso significó pasar de una etapa a otra muy diferente", hace memoria la artista norteamericana un par de horas antes en el living de su suite, mil dólares la noche, del hotel Intercontinental.


Son cerca de las cinco de la tarde en Río de Janeiro y por la ventana del piso 16 se ve, apacible, el mar de la playa de São Conrado.


"El problema, tú sabes, es que cuando eres una celebridad, especialmente en los Estados Unidos, los diarios comienzan a exagerar. Es cierto que pasé por una etapa difícil, muy difícil, pero los tabloides la hicieron parecer cien veces peor", sigue Mariah Carey como recitando un discurso aprendido de memoria. Puede ser. Ha tenido veinte entrevistas en el día, lo confesará más tarde, y todavía le queda hablar para un programa de televisión y animar su fiesta de despedida en el club nocturno de Barra da Tijuca.


"Y ése fue, justamente, el concepto detrás de este disco. Quise expresar que, a pesar de las dificultades, sigo siendo la misma persona de siempre. Sólo soy yo, cantando desde el fondo de mi corazón todas esas letras que me ayudaron a superar una fase negativa", dice mientras mueve su mano derecha adornada con un anillo de diamantes con forma de mariposa. Un brazalete, también de diamantes y con la misma figura, cierra el conjunto. A Mariah, se ve, le gustan las mariposas.


Un nuevo capítulo


Cuando Mariah Carey habla de problemas se refiere, sin orden de importancia aparente, a los diferentes sucesos que la mantuvieron en las primeras planas durante el último año. Primero fue el millonario y frustrado contrato con la multinacional Virgin, con la cual editó la banda sonora de la cinta "Glitter" (2001) y en la que tuvo el rol protagónico como una sufriente cantante que luchaba para abrirse paso en el complejo negocio de la música.


Pero las críticas a la película fueron nefastas y las ventas del disco fueron desastrosas para una artista de su talla, apenas 557 mil unidades (considerando que el disco anterior, "Rainbow", de 2000, agotó tres millones de copias sólo en Estados Unidos). Entonces se rumoreó que la compañía discográfica pagó cerca de 30 millones de dólares para anular el contrato. Y cuando la prensa del corazón recién festinaba con la ruptura de Mariah con su novio mexicano, Luis Miguel, la norteamericana debió internarse varios días en una clínica para recuperarse de lo que algunos llamaron colapso nervioso y otros simplemente depresión aguda. Fue difícil, cuenta, pero necesario.


"Esto, para mí, definitivamente es un nuevo capítulo. A veces tienes que pasar por estas fases para poder ver las cosas desde el lado de afuera, para no dejar que las grandes empresas (discográficas) tomen el control de tu vida", explica Mariah con voz firme y dibujando figuras sobre sus piernas cruzadas enfundadas en unos jeans gastados.


Ahora, confiesa, sólo hace lo que quiere hacer. Para eso fundó su propia casa disquera, MonarC Music, y se asoció a una nueva multinacional, Universal, para todo el trabajo que ha implicado el lanzamiento de "Charmbracelet". Un disco que ya ha hecho sonar en todo el mundo el esperanzador mensaje de su primer sencillo promocional, "Through the rain", donde su voz vuelve a sonar con la potencia y bondad de sus mejores años. Porque, guste o no, Mariah Carey ha vuelto a sacar su privilegiada voz. La famosa, la que llega sin problemas a las cinco octavas.


"Sigo teniendo una agenda muy apretada, pero he aprendido a dejar más tiempo para dormir, para mis amigos, para mi familia y para mí", dice y larga una de esas sonrisas con la que la han inmortalizado desde que debutó en la escena mundial con su premiado disco homónimo, "Mariah Carey", allá por 1990.


- ¿Cuál es la autocrítica que puedes hacer de tus problemas pasados?


""Glitter" fue una banda sonora, no fue uno de mis discos de estudio. Ésa fue la diferencia, pero las personas de la prensa lo juzgaron de la misma manera. Ése fue un álbum conceptual y no se hizo de la forma en que yo suelo grabar. Yo tenía otra visión de lo que sería la película, pero los productores estaban buscando una cosa más dirigida hacia los niños. Además, el disco y la película se estrenaron durante la semana del 11 de septiembre (del año pasado) y con lo que pasó nadie llevó a los niños a los cines, nadie salía de la casa. Fue una gran tragedia y, la verdad, yo tampoco estaba preocupada del disco ni de la película, sino de lo que estaba pasando, como todo el mundo".


- Y después vino lo de tu enfermedad...


"Después de este periodo, yo estaba muy cansada y llegué a hospitalizarme por eso. Fue una etapa muy difícil. Me tuve que cambiar de casa discográfica porque ellos no sabían cómo promover el trabajo, se equivocaron en la forma de promocionarlo porque lo hicieron como si fuera un disco de Mariah Carey y no como una banda sonora".


- Por tus palabras, pareciera que no tuviste la culpa de nada...


"Lo que tengo que decir es que mi vida y mi carrera como artista han sufrido una evolución gradual. Empecé a escribir poemas desde los 6 años, canciones desde los 13, grabé mi primer disco a los 18 y me fui transformando lentamente en una artista cada vez más independiente. Mi disco pasado, "Butterfly", fue muy bien recibido por los críticos y por los fans, porque fue un trabajo muy personal. Este nuevo álbum es muy personal también y estoy viendo cómo mis seguidores se identifican con estas canciones".


- Y también volviste a hacer cine, a pesar de las malas críticas a tu actuación pasada...


"Haber pasado por "Glitter", a pesar de todo, fue una buena experiencia. Este año filmé una película independiente, "Wisegirls" (2002, inédita en Chile), que es una cinta sobre la mafia vista desde la perspectiva de las mujeres. Fue una gran experiencia trabajar con gente importante, como Mira Sorvino, aunque no tuvo grandes titulares por no pertenecer a una gran distribuidora... Y aprendí la lección: hacer las cosas con la gente que se preocupa más de tu integridad y no con los que te quieren echar para abajo. Ahora hago las cosas que me gustan y que quiero hacer".


Las estrellas, como los caballeros, no tienen memoria. Eso, al menos, es lo que parece cuando a Mariah Carey le toca responder sobre los temas que no le agradan. Como su única y bullada visita a Chile, hace ya un par de años, cuando vino a encontrarse por unos días con su entonces famoso novio cantante de boleros.


"Supongo que fuimos a cenar por ahí y dimos un par de vueltas, porque no tuvimos mucho tiempo, tú sabes. Pero me gustaría volver, para poder conocer algo de la cultura de allí", dice la norteamericana y cierra con una sonrisa definitiva el intocable capítulo Luis Miguel. Pero si hay que despotricar, la prensa es su tema favorito.


"La prensa ya inventó todo lo que pudo decir de mí. Dijeron muchas mentiras, hicieron demasiadas cosas que me dolieron. Lo triste es que mi familia y mis amigos leían todo lo que se decía y se preocupaban de más... Pero la semana pasada tuve una muy buena crítica de mi álbum en el USA Today ("Mariah Carey suena como el oro en su nuevo disco", titularon la nota), me pusieron tres estrellas y media, y eso me hizo muy feliz porque entregué mucho de mí para este álbum. Éste sí es mi proyecto".


- Un proyecto bien autorreferente. Las canciones hablan de esos episodios.


"No es que sea egoísta o que no haya estado pensando en nadie, sólo me dediqué a escribir mis canciones con la mayor sinceridad posible. Yo utilizo la música como un alivio emocional, como una forma de soltarme. Cuando era pequeña escribía poemas y eso me curaba, tú sabes, de una infancia muy difícil que tuve. Y sigo haciendo la misma cosa ahora. Al hacer este disco me dije que tenía que salir de la ciudad, salir de todas esa gente algo intensa y por eso me fui a grabarlo a Puerto Rico, a Bahamas, a Capri..."


- Bueno, en Bahamas, en Capri, uno se olvida de cualquier cosa...


"Los problemas siguen, pero te distraes. Ves el paisaje, la naturaleza (mira por la ventana de la habitación). Me gusta mirar lo que me rodea, apreciarlo, porque eso luego lo combino con las canciones que voy escribiendo... Soy sincera si te digo que este disco lo hice sin querer entregar un mensaje en particular, pero si lo escuchas hasta el final verás que el mensaje es que la vida continúa".


- Es cliché, pero se dice que las buenas canciones siempre nacen...


"Del dolor, sí. Pero también vienen de la felicidad, de todos lados. Es un gran privilegio tener los limones y saber hacer la limonada...".


- ¿...?


"Me refiero a que de todas esas letras que vienen de la melancolía, que te hacen llorar, es un privilegio poder transformarlas luego en canciones. Es un privilegio crear de ese dolor".


- ¿Cómo ha cambiado tu vida después de todo esto?


"Hay diferentes etapas en mi vida, es difícil explicarlo en una entrevista tan corta... (emite un largo suspiro). Si escuchas una de las canciones del disco, "My saving Grace", te vas a hacer una idea de lo que se refleja mi vida ahora (...) Lo que hago ahora es, definitivamente, tener más tiempo para leer, para dormir, para descansar de la promoción y de las entrevistas, que me agotan. ¿A cuántas personas entrevistarás hoy?


- A ninguna otra. Sólo a ti.


"Bueno, imagina si fueran 20. Hoy he hecho todas ésas y con gente de todo el mundo. Una y otra vez estás al frente de las cámaras y entonces todo lo que haces tiene que ser perfecto. Y si haces una broma, alguien la puede malinterpretar (...) Incluso me preocupé de aprender de nutrición porque tengo muy bajos los niveles de azúcar y debo comer de cierto modo para no tener fatiga y no desmayarme como la vez pasada. La prensa dijo que había intentado matarme, que estaba en drogas, pero sólo fue una fatiga. Aprendí otra lección: no creas en todo lo que escuches o que leas".

Careytrivia
"Con 32 años, la norteamericana es toda una veterana en la industria. Con 150 millones de copias vendidas de sus discos, en su casa descansan dos premios Grammy, el reconocimiento de la revista Billboard al ""Artista de la década"" y su reciente trofeo como ""La artista del milenio"" conseguido en los pasados World Music Awards."

Por el esfuerzo vocal que implica llegar a notas tan agudas, Mariah Carey necesita descansar varios días después de una actuación. Por lo mismo, ha hecho muy pocas presentaciones en vivo (se cuentan sólo tres minigiras en diez años), pero para este disco promete un espectáculo más extenso.

Tras cuatro años de matrimonio, Mariah Carey se separó, en 1997, de uno de los hombres más poderosos de la industria discográfica, Tommy Mottola, máximo ejecutivo de Sony Music y hoy flamante esposo de Thalía.

La cantante viaja por el mundo con un séquito de unas 20 personas, que incluye peluquero, masajista y un moreno cuerpo de guardaespaldas. Sus asesores no permiten que se fotografíe de cerca un lado de su cara (el derecho, por un acné de juventud), por lo que casi siempre aparece de lado en las tomas.

Otro de los capítulos negros en su vida fue cuando su hermana mayor, Allyson, escribió en un libro autobiográfico que debió prostituirse para ayudar en la entonces naciente carrera musical de Mariah. La información nunca fue aclarada ni confirmada del todo, pero las hermanitas Carey no se hablan desde entonces.
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