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"Los artistas son como niños": Caos en la Scala de Milán

En la ciudad italiana nadie sabe como terminará la crisis de su afamado teatro de ópera.

01 de Marzo de 2005 | 15:01 | DPA
ROMA/MILÁN.- Nadie sabe muy bien qué pieza se está tocando actualmente en la Scala de Milán. Sólo se sabe que la obra hace mucho ruido. El programa de la semana pasada ofreció una serie de escenas curiosas. El martes: la huelga de los trabajadores obliga a suspender "La Dama de Picas" de Tchaikovsky. Jueves: el director artístico Carlo Fontana es despedido, nadie sabe bien por qué. Viernes: se representa "La Dama de Picas", pero antes se reparten volantes de los sindicatos. Sábado: los trabajadores amenazan con nuevas huelgas y ponen en peligro varias representaciones de Riccardo Muti. El público sigue la obra con creciente preocupación: ¿cuándo caerá por fin el telón?

"Los artistas son como niños, malcriados, vanidosos y presumidos", intenta explicar el caos el veterano maestro Franco Zeffirelli. "No se les puede confiar la dirección de un teatro". Puede ser, pero como explicación de lo que está ocurriendo en el venerable teatro no alcanza. Después de todo, el cielo de la ópera en Milán aún estaba lleno de violines en diciembre: tras tres años de renovación, la Scala reabrió sus puertas. Los palcos dorados brillaban con nuevo esplendor y los artistas y el público disfrutaban del lujo. ¿Y ahora todo eso quedó atrás?

Lo especial en esta obra es que nadie entiende el texto, ni siquiera los más expertos. ¿Qué hay detrás de la pelea? ¿Quizá realmente animosidades personales? Lo único que está claro, asegura la prensa italiana, es que entre el director Muti y el director artístico Fontana nunca hubo demasiada armonía. Se dice que se trata de "cuestiones artísticas", pero también tiene un papel importante la deuda de doce millones de euros que tiene la Scala.

Con dobles intenciones el director de orquesta contrató a Mauro Meli, que ahora asumió enseguida el puesto vacante de director artístico. Pero parece que Meli dejó a su anterior empleador, la Opera de Cagliari, una verdadera montaña de deudas, lo que no le valió justamente como recomendación en Milán. "Pero es el preferido de Muti", se dijo en la ciudad.

Posiblemente, el jaleo sólo acabe de empezar. "En la Scala puede desatarse una verdadera crisis", predice el diario "La Repubblica" de Roma.

Cada vez más, también la política tiene un papel. Según algunas explicaciones, Fontana está orientado más hacia la izquierda, por lo que los trabajadores de la Scala cantaron teatralmente partes de "Va Pensiero" (coro de prisioneros de "Nabucco" de Verdi) cuando fue despedido. La ciudad de Milán, en cambio, está en manos de los partidarios del primer ministro Silvio Berlusconi.

Si la situación no engaña, ahora toca un "finale furioso", en el que todos los protagonistas sacarán a relucir sus mejores armas: Los sindicatos quieren hacer huelga durante las grandes representaciones de Muti, el maestro enfadado amenaza con irse de Milán y el despedido director artístico Fontana manifiesta "secreta alegría" por todo este drama.

Los fans de la ópera adoran estos aprietos, se dejan llevar por la emoción y contienen el aliento. Pero la obra debería representarse en el escenario.
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