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"Quiero ayudar a que los jóvenes descubran el arte mágico de la ópera" 14/8/2005

14 de Agosto de 2005 | 00:00 |
La cantante húngara, que ofrecerá un recital en el Teatro Municipal de Viña del Mar, dice que el género atraviesa por un período difícil y que hoy en el arte casi todo parece utilitario.

Sylvia Sass
Sylvia Sass
Sylvia Sass nació en Budapest, Hungría, en 1951. A los 14 años, hizo su debut en la escena con la orquesta de su colegio en la opereta de Adam, "Die Nürnberger Puppe". Poco después se fue a estudiar música a la academia Liszt de Hungría, donde terminó un programa de cinco años en sólo dos. Luego comenzó una participación de siete años en la opera estatal de Hungría. Fue aplaudida en Budapest, interpretando papeles como Freia en "El oro del Rin", Violetta en "La Traviata" y Mimì en "La Bohème", pero recién en 1976 concitó la atención internacional cantando en el rol de Giselda en "Los Lombardos" de Verdi, en el Covent Garden de Londres. Tras su debut en Aix-en-Provence en 1976, fue presentada por Leonard Bernstein a Maria Callas. En 1977 hizo su debut en Italia, en Turín, como Lady Macbeth, y ese mismo año en el Metropolitan Opera como Tosca con José Carreras. En esa misma época causó conmoción en Londres por su interpretación del ciclo "Frauen Liebe und Leben", de Schumann. En 1978, debutó en La Scala con Plácido Domingo en "Manon Lescaut" de Puccini. En 1984, participó en una representación de "Der Ferne Klang", de Franz Schrecker, en Venecia y en la première mundial del final de "Turandot", de Alfano, en 1982. También, actuó en el estreno mundial del "Sogno di un tramonto d’ autunno", de Malipiero, en Mantua en 1988. Los últimos roles que incorporó a su repertorio fueron Salomé, Carmen y Fedora. Ha recibido muchos premios, el primero de ellos en 1972 cuando obtuvo el primer lugar en la Competencia Vocal Kodály de Budapest. En 1973, obtuvo el Grand Prix por su Violetta de "La Traviata", en la Competencia Internacional de Ópera para Jóvenes Cantantes de Sofía (Bulgaria); en 1974, triunfó en el Concurso Internacional Tchaikovsky en Moscú. Fue nombrada Artista Honoraria de Hungría en 1977.
Juan Antonio Muñoz H.


Será su cuarta vez en Chile. Mañana lunes 15 de agosto estará otra vez en el país la soprano húngara Sylvia Sass, esta vez para un menú de actividades bien diverso. En el marco de la celebración del 1005 aniversario de la fundación del Estado Húngaro, el sábado 20 la cantante ofrecerá un recital junto a la pianista francesa Alexandra Aubert, en el Teatro Municipal de Viña del Mar; inaugurará el martes 23 un busto dedicado a Franz Liszt en el Instituto Cultural de Providencia, y entre el 23 y el 25 efectuará una serie de clases magistrales en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

"Volver a Chile siempre es una gran alegría. Es un país al que adoro y del que tengo bellísimos recuerdos por mi participación en Tosca (1984) y Macbeth (1985). Estoy haciendo mis maletas desde el miércoles pasado porque no es fácil imaginar qué llevar al invierno chileno cuando aquí (Pezenas, Francia) hacen 40 grados".

—¿Por qué escogió a Richard Strauss, Liszt, Kodály, Brahms y Gluck como compositores para este regreso?

"Para mí es importante cantar música de compositores de mi país, como Liszt y Kodály; estoy orgullosa de participar en la inauguración del busto de Liszt, un músico que no es suficientemente conocido por su contribución al canto. Mi próximo disco será un nuevo álbum de canciones suyas; se grabará en octubre con Jean Dubé, pianista francés que ganó el concurso Liszt de Utrecht. Comienzo el programa con una obra de Brahms, ‘Von ewiger Liebe’, que es música que habla de mi corazón y en la que interactúan dos personajes, lo que me da posibilidades como actriz. Richard Strauss es un músico con cuya música siento que mi alma se transporta a la eternidad, y la elección de Gluck (un aria de Clitemnestra de la ópera "Ifigenia en Aulide") responde a que este es un personaje que me encantaría cantar, si tuviera una invitación para hacerlo. Lamentablemente, este repertorio los teatros no lo hacen con frecuencia".

—¿Ha pensado entonces volver a los escenarios?

"Sí, pero a cosas muy determinadas. Como Clitemnestra o "Erwartung", de Schoenberg. También quisiera hacer régie; ya lo he hecho con cantantes jóvenes en Hungría. Fue un "Don Giovanni" (Mozart). Y también "Székelyfonó" ("La hilandería magiar"), de Kodály. Me invitaron a Sao Paulo para hacer la régie de una presentación que será transmitida en directo por la TV brasileña".

—¿Cómo observa la vida actual del mundo de la ópera?

"Creo que atraviesa por un período difícil. Casi todo en el arte hoy parece utilitario, con lo cual, más que artes escénicas, se hacen espectáculos. Es muy importante, por lo tanto, dar la educación justa. Es necesario que los jóvenes descubran este arte mágico y quiero ayudar en eso. Cuando dirigí ese "Don Giovanni" llegaron jóvenes que al inicio sólo querían ganar algo de dinero; pero al final se habían convertido en apasionados por la ópera. Sin eso, no existen los grandes cantantes y el público lo nota. Los maestros están obligados a estimular esa pasión en sus alumnos".

—¿Sus clases viajan en ese camino?

"En parte, sí, porque lo creo muy importante. Mi consejo también es cantar no solamente pensando en la técnica y las bellas frases, sino creando verdaderos personajes. Así el público cree lo que hacemos y nos sigue con el alma"

—¿Cuáles son sus proyectos después de esta visita a Chile?

"Vuelvo de inmediato a Francia para mis ensayos del nuevo disco de Liszt, que grabaré en Budapest, donde también haré una serie de clases magistrales en la Universidad de Szeged. Y después de nuevo a Francia para preparar una exposición y mi concierto en París, que será el 10 de diciembre en la sala Cortot. También espero la confirmación de master classes en Japón, y una invitación para grabar el repertorio de una gira de conciertos con una orquesta de cámara. Se trata de un programa dedicado a Brahms, pero en transcripciones para orquesta, tal cual lo hizo Claudio Abbado con Schubert. Sigo escribiendo mi libro en el que hablo de mi vida, de cómo pienso, de cómo veo el teatro y de cómo es difícil para los cantantes reencontrarse con sí mismos después de una función.

—¿Y qué ha sucedido con "La Diva", su libreto para una ópera?

"Está casi lista. El compositor es Alberto Santana, quien trabaja mucho en ella. Me parece que se estrenará en 2008 en Tokio".

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