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Maradona tuvo su versión chilena de "La Noche del 10"

Aunque no ganó en la lucha por el ráting, Rojo Vip obtuvo el primer lugar, Diego Armando Maradona demostró que ante sus fanáticos, él es el rey.

26 de Agosto de 2005 | 09:06 | Bernardita Marino, El Mercurio en Internet

SANTIAGO.- Si hay que ser honestos, anoche no hubo "Mucho Lucho", sino más bien una versión nacional de "La noche del 10". Incluso, al presentar al invitado estrella, Luis Jara entonó algunas frases de la canción "La Mano de Dios", igual como lo hiciera Maradona en su debut como animador en la televisión argentina.

Un público enfervorizado, cargando camisetas, fotos, banderas y balones de fútbol eran el escenario perfecto para que "el Diego", custodiado hasta más no poder, hiciera de las suyas en escenarios chilenos.

Dominó como sólo él sabe hacerlo, como uno de los mejores del mundo. Y aunque ya no es desde la cancha, el "Pelusa" sigue teniendo el mismo efecto entre sus fanáticos: embrujo total.

Y aunque su embrujo no alcanzó para ganar en la cruda lucha por el ráting ("Mucho Lucho" terminó en segundo lugar, superado por su competencia de TVN, "Rojo Vip"), los fanáticos que colmaron el estudio del canal católico se fueron felices por haber estado con su "Monstruo".

Si hubiese que hacer un ránking con los mejores momentos de la noche de "Mucho Lucho" (una velada en la que Luis Jara soportó con mucho aplomo no ser el protagonista), el primer lugar se lo llevaría la pequeña historia tejida entre el Diego y Ricardo, un niño de 10 años, que hace dos sufre de cáncer y que anoche cumplió su sueño: tocar la "Mano de Dios".

"Diego: hay algo que tú y yo compartimos. Tú le ganaste a la droga y yo le voy a ganar al cáncer", fueron las palabras que tocaron el corazón del ídolo.

Maradona y Jara: La dupla perfecta
Soportar por segunda vez un rol secundario era mucho para el "Pelusa". Así que al entrar a escena la dupla de Antonio Vodanovic y el irreverente Felipe Avello, tras la de la actuación del grupo Kuday (que fue acompañada por las palmas y el baile en el asiento de Maradona) el otrora futbolista se fue a su camarín y esperó hasta pasada la medianoche, cuando el ahora "íntimo amigo" de Diego, Lucho Jara, se tomó uno de esos minutos de oro en la televisión para despedirlo.

Besos iban y venían. "Me sentí fantásticamente. Te prometo por mis dos hijas que vuelvo cuando quieras", le dijo a Lucho Jara. Más besos y abrazos. Y así, cerca de las 12:10 horas Maradona salió escoltado por sus guardaespaldas perseguido por toda la prensa, para la que no tuvo palabras.

Bajó al estacionamiento subterráneo y nunca más se supo de él. Y aunque la prensa no quedó satisfecha, su hinchada particular se fue feliz. El Diego, casi en forma exclusiva, les dio todos los minutos que pudo. Y pese a que el ráting no fue el que se esperaba, en el aire quedó la sensación de que el público tuvo su propia versión de "La Noche del 10".
"Maravilloso, maravilloso", decía Diego a Luis Jara mientras aplaudía las palabras de admiración que Ricardo, quien por culpa del cáncer (que obligó a la amputación del resto de sus piernas) hoy ya no juega al fútbol. Pero sigue adorando a Diego, desde fuera de la cancha. El "Pelusa" supo hacer feliz al niño con sólo una firma estampada en una camiseta. Eran las 11 de la noche con cinco minutos.

Pero la gran noche de Maradona en Chile empezó antes, pasadas las diez de la noche. "Olé, olé, olé, olé, Diego, Diego", fue el cántico de fondo que recibió al "10".

Tal vez no era la Bombonera de Boca Juniors, pero el grupo de argentinos ubicados en primera fila, con camisetas y gorros albicelestes, lo hizo sentir como en casa. Al nivel de llorar al verlo aparecer. Gonzalo Egas, ganador de La Granja (versión 1.0) también bordeó las lágrimas.

Diego, el protagonista

Jeans rotos, zapatillas blancas y una chaqueta beige era el sencillo atuendo de Maradona que, sentado en un sillón de color naranja, dominó (vale la pena repetirlo una y mil veces) la situación. Besó a Lucho Jara más de una vez, cantó (bastante contra su voluntad) el tango "Volver" y finalmente terminó dándole clases magistrales a Jara de cómo se trabaja con el balón.

Un primer momento de la noche, que fue sólo para el "Pelusa" estuvo dedicada al nuevo Diego, el animador. "Esto me agarra en un momento tranquilo, muy lindo. Perdí 47 kilos, hace un año y medio que no me drogo. Tengo buena relación con mi mujer y vivo con mis padres". Momento de emoción en el estudio de Canal 13, donde el aplauso (después de Diego) fue el rey de la noche.

Pero Maradona, que gozaba con ser el protagonista, repentinamente vio cambiar su sonrisa permanente por una posición incómoda, donde los brazos cruzados y la cara de desconcierto hablaban por si solas: la aparición de Renata Bravo, personificando a Marisela Santibáñez (de La Granja Vip) y Daniel Alcaíno, en el rol de Coca Mendoza, fue un momento "poco feliz" para el 10.

No era sólo porque no comprendía la extraña performance que Bravo y Alcaíno montaban frente a él (situación que obligó a Luis Jara en varias ocasiones y cuando la cámara no lo enfocaba, a explicarle al crack, o tratar de hacerlo, de qué se trataba el cuadro que veían sus ojos), sino también por una broma, bastante fuera de lugar, que Alcaíno decidió lanzar.

"No creo que Diego me invite a su programa, por mi sobrenombre (Coca)", lanzó Alcaíno haciendo alusión a la drogadicción que Maradona padeció durante años, en lo que fue el momento más tenso de la noche. Luis Jara, inmediatamente, cambió el tema pensando que la situación había pasado desapercibida por Maradona, quien a esas alturas ya no estaba tan cómodo en el sillón naranja. La broma fue entendida claramente por Diego.

Tras largos minutos de una rutina que a veces se volvió un tanto tediosa, la producción de "Mucho Lucho" tenía preparada una segunda parte sólo para Diego. Dos sillones blancos y una luz tenue acompañaron la conversación a "corazón abierto" que Jara y Maradona, a esas alturas íntimos amigos, sostuvieron por varios minutos.

Su relación con su ex esposa Claudia Villafañe, el momento en que estuvo al borde de la muerte y el amor por sus hijas fueron los temas centrales.
"Estuve muerto. No podía despertar. Lo que a mí me hizo volver a vivir fue cuando Gianina (su hija menor) me decía que no me muriera porque me necesitaba", dijo un emocionado Maradona, quien a esas alturas había recuperado con creces el protagonismo que la performance de Bravo y Alcaíno le habían quitado.

Incluso el "Pelusa" dejó en claro que la broma del humorista no le había sido indiferente: "Estoy cambiado. En otro momento el chiste de la coca que hizo este chico (haciendo alusión al chiste del doble del Coca Mendoza) me habría hecho agarrarlo a golpes. Hoy no", aseguró el "10" quien a esas alturas ya estaba nuevamente relajado, con su sonrisa, conversando como en el living de su casa.

A esas alturas, la hinchada personal que Maradona tenía (el grupo de argentinos) no podía contener las lágrimas. Y Luis Jara supo aprovechar el momento presentando el caso del pequeño Ricardo y su lucha contra el cáncer.
Luego de un video donde el niño contaba su historia, el Diego se acercó al niño y a su familia, todos ellos temblaban. Un beso, un abrazo y el autógrafo fueron el mejor estimulante para que Ricardo le ganara al cáncer.

Y al parecer, la historia del pequeño no le fue indiferente al crack argentino. Cada minuto en que Maradona no era alcanzado por una de las tantas cámaras del estudio iba donde el pequeño a "hacerle a alguna fiesta". Cosa que hizo también con sus compatriotas, que incluso terminaron forcejeando con los guardaespaldas del astro fuera de cámara. Las menciones de Luis Jara a sus auspiciadores eran el momento favorito de Diego para acercarse a su gente.
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