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"No hay categorías para mi tipo de música"

22 de Marzo de 2007 | 00:00 |
Lee aquí los datos del concierto en el Teatro Teletón

Llega a dar un concierto Chile a días de haber ganado un premio Grammy con su nuevo disco, y en realidad es el octavo Grammy que suma en su carrera, dedicada por igual a la música tradicional de EE.UU. y el jazz. Bela Fleck sabe por qué su música es reconocible: "Porque toco el banjo y me encanta el jazz", dice.

Iñigo Díaz / David Ponce


Bela Fleck and the Flecktones debutan en Santiago el 22 de marzo en el Teatro Teletón.
Menos de un mes después de haber ganado el premio Grammy en la categoría de mejor disco de jazz contemporáneo, llegará a Chile uno de los músicos más importantes del pop y la música tradicional en EE.UU.: Bela Fleck. El músico se presentará el jueves 22 de marzo con su banda, Bela Fleck and the Flecktones, en el Teatro Teletón, donde mostrará su repertorio de jazz, fusión, country o bluegrass (música tradicional estadounidense), para su instrumento de cabecera: el banjo.

Su más reciente disco es The hidden land (2006), que además del Grammy obtenido fue nominado en la categoría de mejor interpretación de grupo pop. No es el primer reconocimiento que obtienen Bela Fleck y su banda. El grupo ya acumula ocho premios Grammy durante su carrera, además de veinte nominaciones en diez categorías diferentes al mismo premio. Contribuye a eso la activa carrera que Fleck ha mantenido en colaboración con otros músicos, entre los que figuran el cantante pop Dave Matthews y jazzistas como el guitarrista Pat Methenny y el pianista Chick Corea.

"En cada concierto hacemos un set diferente, de modo que siempre tratamos de asegurarnos de que suene fresco", explica el propio músico acerca del repertorio que prepara para su debut en Chile. "Va a depender en qué hayamos tocado la noche anterior, pero trataremos de tener una buena mezcla de canciones del nuevo disco y de discos previos. Y también tratamos de que cada músico tenga un momento en el show. Habitualmente hago un solo de banjo y hay solos de bajo y de batería también. Hay ciertas cosas que únicamente podemos hacer solos, no como parte de una canción, y es bueno que eso esté en el show también".

–Eso nos lleva a los instrumentos que están tocando: banjo eléctrico, theremin, drumitar. ¿Qué puedes contar de esos instrumentos?
"Bueno, no estamos llevando el theremin con nosotros. En los discos hemos tenido a gente que lo toca y es muy bueno; ése sí que es un instrumento raro. Antes teníamos uno en vivo y era divertido tocarlo en conciertos. Pero el drumitar (mezcla de batería y guitarra, o drums y guitar) sí que lo traemos".

–¿Cómo se toca, parado, sentado?
"Es como una guitarra. Se toca de pie y se mueve por el escenario, y tiene diferentes sonidos, a veces como un tambor, como otras percusiones. El baterista toca un montón de percusión acústica también, de modo que algunos sonidos suenan eléctricos, otros acústicos. Suena como si fueran tres tipos tocando. Muy asombroso".

–¿Con el banjo eléctrico también es notoria la diferencia?
"Sí, es una gran diferencia. El banjo eléctrico es más como una guitarra eléctrica. Tiene más suspensión y es más como tocar una Stratocaster o una vieja guitarra de jazz. Tiene ese sonido. Pero lo toco con la técnica del banjo, pulsando con los dedos (finger picking), y con la afinación del banjo. Así es que tiene un sonido distinto a la guitarra. Y luego puedo usar distorsión, darle más efectos si quiero. El banjo acústico tiene el sonido más tradicional. Es el que todo el mundo conoce y suena muy bien".


Bela por Bela


–¿Es apropiado haber ganado el Grammy en una categoría de jazz, o no se ajusta mucho a la música que estás tocando?
"Bueno, es agradable que nos hayan dado un Grammy. Éste es mi noveno Grammy, y he sido nominado veintidós veces. Y consigo nominaciones en categorías muy diferentes. Un año es bluegrass, un año es pop instrumental, un año es jazz… jazz contemporáneo, un año es world music".

–¿Es divertido?
"Bueno, sigue siendo es mejor que si sólo tuviera nominaciones en jazz. Tal vez es que no entienden dónde ponerme y por eso me nominan en un lugar distinto cada vez. Pero creo que la gente sí entiende que estoy haciendo muchos tipos de música y juntándolos, y no hay categorías para mi tipo de música".

–Estás confundiendo a la Academia. Lo que no está mal.
"Sí", sonríe. "Pero eso está okey. Si quisiera hacer algo más purista probablemente lo haría bien, tocando jazz convencional, bluegrass convencional, rock convencional… Pero lo que siento que hago mejor es encontrar los espacios intermedios. Son los espacios en los que me gusta vivir".

–¿Y cómo te relacionas con esos públicos más convencionales?
"Tienes que ser bastante paciente. Mucha gente que va a un concierto no tiene una idea precisa, simplemente van y se entusiasman con lo que oyen. Otros van a un concierto y piensan ‘no estoy seguro, pensé que iba a escuchar algo de bluegrass o algo de bebop… la cosa es que si te mantienes tocando todos terminan sabiendo lo que tocas. Pero al comienzo fue cuando encontré más resistencia. Hemos tenido una buena respuesta en general, pero ahora estamos empezando a tocar en festivales de jazz. Ahora nos están empezando a ver como un grupo de fusión, del mismo modo en que los grupos de fusión de los ’70 y ’80. Que es en realidad de donde venimos. Más que del bluegrass o del funk o de cualquier cosa, éramos grandes fans de Return to Forever y Weather Report (dos grupos puntales del jazz rock de los ’70). Ésos eran los músicos que mirábamos".

–¿Obviamente ése fue un punto de partida desde el que evolucionaron?
"Sí. Porque soy un banjoísta al que le encanta el jazz. Por eso mi música suena distinta. Y tuve que aprender el jazz de un modo distinto al de los demás. Y en cierto modo tuve mucha suerte, porque mi música no va a sonar como la de nadie más. Si la reconoces, sabes de quién es. Eso es una suerte".

–¿Y no fue difícil empezar con el banjo, porque fuera un instrumento más restringido o relacionado con el folclor?
"Entiendo lo que dices, pero empecé a tocar banjo en Nueva York. Que no es realmente el sitio de donde el banjo viene. Es lo más urbano que puedes imaginar, Nueva York. Y ahí está todo. Si quieres a los mejores músicos de salsa, o de bluegrass, van a estar ahí, o si quieres buenos músicos de música turca es sólo cuestión de que busques un poco en Brooklyn y los vas a encontrar. Así que había grandes músicos de bluegrass en Nueva York también. Y resultó ser un buen lugar para aprenderlo. Pero al mismo tiempo estaba muy expuesto a tantos tipos distintos de música que nunca iba a ser un ejecutante de bluegrass, porque estaba escuchando tantas cosas alrededor. Esto era en los ’60, cuando era un niño, y en los ’70, cuando estaba aprendiendo a tocar. Muchas cosas estaban pasando".

–Entonces la pregunta es por el lado más tradicional del banjo. ¿Te preocupó educarte también ese lado?
"Sí. Tuve que cambiarme a Kentucky. Y luego me cambié a Tennessee, para entender mejor esa parte de la música. Porque no quería ser un advenedizo (outsider) toda la vida. Así que en realidad fui allá, y vivo todavía en Tennessee. Quería entender de verdad el modo tradicional de tocar el banjo. No sólo ser un tipo moderno. Y todavía sigo aprendiendo. Pero eso también me hizo un mejor músico de jazz, sólo por entender el bluegrass mejor".

–Hablando de música tradicional, ¿tendrás tiempo de tener la misma aproximcación aquí, de explorar el folclor sudamericano?
"Espero que sí. Tenemos tan poco tiempo, pero creo que estamos empezando nuestra relación con México y Sudamérica. Esta es nuestra primera vez en Sudamérica", dice. Y ésa es una de las tantas ocpuaciones recientes de Bela Fleck. Acaba de viajar a África a grabar en Uganda, Tanzania, Gambia y Mali un disco y la banda sonora de una película prevista para el año próximo. Viene de grabar un disco con el pianista Chick Corea, y antes también incursionó en un disco con obras de Bach, Chopin, Beethoven y Debussy para banjo. Lo que lleva a otro compositor europeo: Béla Bartok.

–Tu nombre, Bela, fue un homenaje a Bartok, ¿no?
"Sí lo fue. Sí, es muy extraño. Mi padre y mi madre se separaron cuando tenía un año. Y mi padre no estuvo cerca. No lo conocí sino hasta hace dos años. Pero él me puso ese nombre. Así que es una historia muy rara, porque él era el que escuchaba música clásica, pero nunca estuvo ahí para contarme por qué me llamaron Bela. Se había ido. Es irónico además porque no sólo toco música, sino también compongo música con influencias clásicas y folclóricas, lo que es definitivamente un asunto muy bartokiano. Nunca se sabe: hay tanto en un nombre".

–¿Estabas obligado a ser músico con ese nombre?
"Supongo que sí".

–Lo bueno sería que hicieras un disco con obras de Bela Bartok para banjo.
"Yeah, debería hacerlo", sonríe. "Bela by Bela".

–Obvio que has pensado en eso antes, ¿no?
"De hecho sí. Cuando estuvimos tocando con Chick Corea, a él le encanta Bartok y me insistía en que lo hiciera. Así que estoy empezando a aprender más sobre él. Es una buena idea".

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