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El trance hecho a mano

08 de Agosto de 2007 | 00:00 |
A punto de embarcarse en una gira a Europa, el cuarteto chileno de música étnica y electrónica que encabeza el músico Subhira presenta además su más reciente disco, que es doble y tiene dos títulos, Gira y Trip, pero un solo significado: viajar.

David Ponce


Subhira, músico, productor y piloto del Transubhiriano.
Dos nombres tiene el más reciente disco de Subhira, con un volumen titulado Gira y el otro Trip, y los dos tienen que ver con viajar, que es justo lo que este músico chileno se dispone a hacer en los días próximos. Pianista, compositor y productor iniciado en diversas sonoridades étnicas del mundo, lleva más de quince años dedicado a la música acústica y luego también a la electrónica, y es con una fusión de ambas que en este mes se embarcará en una temporada de actuaciones y festivales en Europa.

Rodrigo Cepeda es su nombre, y como Subhira dio a conocer sus primeros trabajos a mediados de los ‘90. Pero Transubhiriano es su más reciente emprendimiento, que permite al público pasar de las butacas a la pista bailable por medio de una fusión de instrumentos ancestrales como el didjeridú australiano con las bases electrónicas de la música trance. Tras su debut con el disco Transubhiriano (2003), el doble Gira y Trip (2007) reanuda su itinerario.


Huayno, tarqueada y trance electrónico

Entre el 14 de agosto y el 16 de septiembre, Transubhiriano dará 16 actuaciones en ciudades de Italia, Alemania, España, Dinamarca y Holanda, como Barcelona, Colonia y Amsterdam. Tres de las fechas corresponden a festivales, en Kassel (Alemania), en un festival de verano en Toscana y en el Earthdance de Barcelona, y en todas ellas Subhira se presentará con su ya acostumbrado cuarteto conformado además por Sol Aravena (voz), Juan Caballero (bajo) y Carlos Basilio (percusión).

"Los viajes han sido muy importantes", dice el músico, que desde 1998 mantiene un tren de una o dos incursiones internacionales por año y que, además de tocar, en 2001 y 2002 participó en talleres de folclor celta, búlgaro o griego en California, EE.UU. "Y en Europa sobre todo nos hemos movido en este ámbito de la world music ("música del mundo" o músicas de diversas raíces tradicionales), con bandas africanas, de Europa del Este. Ahí ya nos hicimos un circuito".

–¿Algo de eso va quedando en tu propia música?
"De repente uno mirando a un búlgaro que ha estado acostumbrado toda su vida a tocar su música, uno escucha y va quedando la emoción que produce ver al tipo. La parte técnica se puede olvidar, y eso no importa porque estamos en el siglo 21, y escuchas, miras, buscas, bajas partituras (de Internet). Pero la emoción de ver a doscientas personas bailando a un ritmo en (el compás de) trece octavos es la que no se te olvida".

De hecho no es sencillo bailar en un compás irregular como el de trece octavos, sobre todo en el campo de la música electrónica, donde la cuadratura rítmica es la que manda. Pero en parte de eso se trata el nuevo disco de Transubhiriano, explica Subhira. Si Trip es música trance más reconocible para bailar, Gira concentra los experimentos menos convencionales.

"El nombre lo andaba buscando hace rato. El concepto lo tenía claro. Pensé poner en uno de los discos el trance y el otro la fusión, porque quería que un disco fuera más ‘trancero’ y fácil de bailar, que tuviera el beat, el punchi punchi".

–¿Y ése es Trip?
"Claro, está todo en cuatro cuartos. Más cuadradito. Más fácil. Y en el otro puse entonces todos los temas que están dentro del trance, pero que tienen que ver un poco con la raíz que ando buscando, que es recoger los ritmos tradicionales. Y en base a esa métrica y tempo y velocidad crear música nueva. Por eso hay un tema que es un huayno, que más que huayno es como una tarqueada (dos ritmos del Altiplano). Y es una experimentación que mezcla la tarqueada, ese ritmo andino, con un drum ‘n bass".

–¿Y se puede bailar un huayno con drum ‘n bass?
"Sí, hay otros temas en siete octavos en los que la gente no sabe mucho cómo moverse, lo tocamos como al final. Son ritmo para nosotros súper poco comunes, no tienen que ver ni con el pop, ni el rock ni el blues y ni el folclor chileno. Pero sí hay danzas tribales en las que la gente baila en este compás, y se produce una especie de trance, con todo un pueblo bailando de las manos. Los músicos tocamos en ritmos así, pero siempre tienen una connotación de experimento, de fusión, de ‘modernismo’. Lo que me gusta es que tuvimos una aproximación a ese ritmo para bailar".

Además de su cuarteto básico, Transubhiriano suena con diversos músicos invitados, entre los que figuran el cantante y percusionista Joe Vasconcellos, el saxofonista Cristián Crisosto, de MediaBanda; los músicos Tomás Thayer y Alexandros Tefarikis, especialistas en bansuri y busuki (instrumentos indio y griego respectivamente), e integrantes de grupos de música afro o celta como Orixangó y Danzante.

Subhira no va con ellos a la gira, pero sí está considerado convocarlos a sus actuaciones en Chile. "Eso permite evolucionar más en los shows. Con distintos invitados voy haciendo las distintas mezclas", dice. "Mi idea es profundizar en distintas cosas: quizás me quedo pegado una hora en la parte celta de un tema, y para lo otro busco lo afro con Orixangó. En vivo eso se da naturalmente".

–¿Qué relación hay entre Gira y Trip con el primer disco de Transubhiriano?
"Definitivamente hay una relación, de hecho el grupo es el mismo. Pero éste está más volado, yo encuentro, y también más preciso. En estos cuatro años no hemos parado de tocar y de producir cosas en vivo. Y tocamos el disco tal como si fuera un concierto, en vivo. Todo lo tocamos nosotros, las percusiones, el bajo, los teclados. Pero la idea es que sea un disco electrónico que esté al nivel de otras producciones del estilo en cualquier país".

www.subhira.cl
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