Muere payador chileno Piojo Salinas

SANTIAGO.- Hace tres años la suya fue una de las voces que se sumaron en muchedumbre a la despedida del folclorista Nano Núñez en el Cementerio Metropolitano de la capital. Esta vez el adiós va a ser en su homenaje. Ayer lunes 18 de febrero murió en Santiago el cantor, compositor, guitarrista y payador Benedicto Salinas, el hombre que se inscribió entre los más chispeantes cultores de la paya en Chile con su nombre familiar y popular: el Piojo Salinas.

Benedicto Salinas falleció anoche en el Hospital San José de la capital, donde había sido internado días antes a raíz de una afección al hígado, según fue confirmado en el Sindicato de Folcloristas y Guitarristas de Chile. "Estaba hospitalizado desde hace como tres días y como a las siete de la tarde entró en un paro y no se recuperó", dijo el presidente del gremio, Manuel Luna.

Los restos del cantor fueron trasladados al mediodía de hoy a la sede de la Central Única de Trabajadores, CUT (Alameda 1346), donde serán velados en espera de determinar el día y la hora de los funerales, agregó el Manuel Luna. "Él fue un cantor, folclorista, poeta popular, payador y un artista popular muy querido, muy carcano a la gente y con mucha calidad", dijo el dirigente.

El canto y el drama

Piojo Salinas se inició en la música como parte del movimiento folclórico surgido en Chile a comienzos de los años '60. Como solista desarrolló su carrera en lugares tan distintos como la emblemática Peña Chile Ríe y Canta creada por René Largo Farías en 1965 o el célebre cabaret Bim Bam Bum del capitalino Teatro Ópera. Como payador fue también parte del histórico elenco que a comienzos de los '80 revitalizó ese arte en Chile junto a Santos Rubio, Pedro Yáñez y Jorge Yáñez.

Su nombre fue público además a raíz de la muerte de su mujer, su cuñada y su hijo, ocurrida el 1 de junio de 1986 durante un allanamiento policial en la calle Mamiña de la comuna de La Cisterna, en uno de los más controvertidos casos de derechos humanos en época de dictadura. Aunque la versión oficial aseguró que los tres se suicidaron, la justicia civil procesó en 1988 a tres policías como autores de homicidio. Pero el caso pasó luego a la justicia militar, que en 1993 sobreseyó el proceso.

Benedicto Salinas abandonó Chile a fines del mismo 1986 y se estableció en Holanda hasta su regreso a comienzos de 1994. De vuelta en nuestro país reanudó su trabajo de cantor en escenarios tan distintos como campañas electorales de la izquierda, en encuentros de payadores y eventos del propio sindicato.

"La pena lo fue consumiendo después de lo que le pasó a su familia", recordó Manuel Luna. "Ahí empezó su declive. Se fue a Holanda, tuvo una compañera y un hijo, se recuperó como persona, pero luego volvió a Chile y empezó a decaer. Eso fue una piedra del porte de una roca que llevó en el corazón el Piojo".