Morricone comienza su esperado primer concierto en Chile

SANTIAGO.- Vistiendo un impecable smoking y sólo armado con su batuta, el destacado compositor italiano Ennio Morricone inició su primer concierto en Chile, que se desarrolla ante unas 10 mil personas en el escenario instalado en el Parque Bicentenario de Vitacura.

Cerca de 20 minutos después de las 20:30 horas (hora fijada para el inicio de la presenctación), el maestro italiano dio el pase al Coro Sinfónico de la Universidad de Chile para que entonara la emotiva pieza "Ave María Guaraní".

Con la Orquesta Sinfónica de Roma y la agrupación coral a sus órdenes, Morricone ya da vida a un primer bloque en el que repasará su colaboración con Giuseppe Tornatore ("Cinema Paradiso", "La leyenda del pianista sobre el Océano" y "Malena"), además de presentar extractos de sus trabajos para "Érase una vez en América" y "Los intocables".

El artista romano, que alcanzó a realizar dos ensayos con las agrupaciones antes del concierto de esta noche, presentará durante la velada algunas de sus melodías más conocidas, incluyendo piezas de los westerns que realizó para el director Sergio Leone.

Posteriormente habrá un intermedio, que será seguido por la interpretación de extractos de algunas bandas sonoras no tan conocidas para el público chileno, tales como "Moisés", "Marco Polo", "Pecados de guerra" y "Queimada", además del clásico "Sacco y Vanzetti". El cierre será con su trabajo más conocido en Chile: "La misión".

La presentación cuenta con solistas habituales en los conciertos de Morricone, la pianista Gilda Buttà y la soprano Susanna Rigacci, quienes tocaron en uno de los pocos conciertos del maestro italiano que se encuentran disponibles en DVD, el "Arena Concerto" de 2002.

En orden

La llegada del público hasta el anfiteatro habilitado en el Parque Bicentenario de Vitacura se realizó en completo orden, desde cerca de las 17 horas.

Los asistentes respetaron fielmente las condiciones impuestas por la organización en cuanto a asistir con tenida formal. De hecho, un asistente que pasadas las 19 horas intentó ingresar sin este tipo de vestuario fue conminado a vestirse adecuadamente y volver luego, lo que aceptó sin mayores problemas.

El ingreso al anfiteatro fue totalmente expedito y rodeado de gran cantidad de controles, partiendo por la zona acordonada a la que no estaba permitido el ingreso de vehículos. Fuera de ella se vieron vendedores ofreciendo binoculares al público.

En el único incidente, un grupo de cerca de 500 personas no pudo ingresar al recinto, pese a tener entradas.